lunes, marzo 08, 2010

Más allá de lo que significa la palabra: Cuaresma
Por Kenneth Ramírez, Pbro*

La Cuaresma cada año es diferente, como son también los ecos del aleluya en el Tiempo Pascual, la historia no se repite y el programa pascual de cada comunidad, de cada parroquia, de cada grupo, tampoco.

El tiempo fuerte de Cuaresma-Pascua en cada Año Litúrgico es un llamado a que todos entremos con decisión en la dinámica propia de la Pascua: El paso a la nueva vida.

La Cuaresma tiene su perfección en la Pascua. El proceso pascual en cada uno de nosotros los cristianos católicos se realiza en tres tiempos: morir al pecado y al mundo, entrar con Cristo el nacimiento a la nueva vida, y vivir con una nueva energía y entusiasmo.

El Sentido de la Cuaresma
El sentido de la Cuaresma cristiana, es vivir cada año con intensidad el Misterio Pascual de Cristo manifestado en cada celebración litúrgica.

El camino cuaresmal se convierte en un signo sagrado, un sacramento del tiempo, que tiene como pautas de actuación el ayuno, la penitencia, la preparación de los bautismos y la oración.

El Concilio Vaticano II ha querido dar impulso y vitalidad a este tiempo en la Iglesia, que durante mucho tiempo fue desvirtuándose de su idea primigenia. En la Sacrosactum Concilium (constitución dogmática sobre la liturgia de la Iglesia) 109, recuerda el doble carácter de este Tiempo de Cuaresma: bautismal y penitencial, pero se insiste también en una doble línea de la escucha de la Palabra y de la dedicación de la oración.

En el numeral 110 se habla del ayuno penitencial externo e interno, individual y social. Se recomienda el ayuno antiguo en su más genuino sentido se espera del encuentro del resucitado.

¿A qué nos lleva la Cuaresma?
La Cuaresma nos lleva a prepararnos convenientemente a la Pascua. Es un Tiempo de Conversión, de cambio de mentalidad; convertirse es dejarse mirar y salvar por Cristo. Para este camino de conversión, la Iglesia se compromete a vivir tres dimensiones de la vida evangélica:

Un cambio de fe más consciente
La iglesia invita a todos los cristianos a vivir con intensidad la dimensión bautismal que nunca bebe terminar, es decir, a vivir siempre un itinerario de escucha de la Palabra constante de la palabra de Dios.

Una escucha más asidua de la palabra
Un camino de fe tiene que ver una referencia en la Palabra de Dios, que la Iglesia distribuye en este tiempo. De ahí que no se tienen que cambiar las lecturas de la Eucaristía por otras. En el desierto el pueblo de Dios recibe la ley, en el monte de la cuarentena Jesús vence con la palabra de Dios y demuestra que la palabra que sale de la boca de Dios es el verdadero alimento del creyente. La iglesia quiere dar un espacio a la palabra leída y meditada en la Eucaristía.

Una oración más intensa
Los cristianos en este tiempo de cuaresma son llamados a una oración más intensa como en la experiencia del pueblo de Israel, de los profetas y de Jesús, a oración puede ser lucha, pero puede ser también gloria. Se pide la salvación pascual para la comunidad entera y para cada uno de sus miembros.

*Delegado Arquidiocesano para la Pastoral Liturgica

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