jueves, octubre 23, 2008

La alegría de servirle a Dios


Hace unas semanas el Arzobispo Rubén Salazar Gómez ordenó como diácono de nuestra Arquidiócesis a Johan Acendra, un joven entusiasta, alegre, amigable y, sobre todo, comprometido con la labor que Dios le encarga a diario para la gloria de su Nombre.

Para algunas personas esta palabra es muy rara o, en muchas ocasiones, no saben a ciencia cierta cuál es la diferencia de la ordenación diaconal con la sacerdotal. Precisamente, en este artículo trataremos ese tema para dejarlo un poco más claro.

El diácono en la Iglesia
El diácono es un hombre que ha recibido el primer grado del sacramento del Orden Sacerdotal por la imposición de las manos del obispo de alguna diócesis. Conforme al Catecismo de la Iglesia Católica, los diáconos no son sacerdotes, a pesar de pertenecer al orden sagrado. La función de éste es asistir y ayudar a los obispos y pueden servir a sacerdotes por ordenes de aquel en la predicación. Igualmente, pueden administrar los sacramentos del bautismo y el matrimonio, así como dirigir la administración de las parroquias y otros servicios.

En la ordenación al diaconado, sólo el obispo impone las manos, significando así que el diácono está especialmente vinculado al obispo en las tareas de su 'diaconía'.

Johan Acendra: su nueva vida en el amor de Dios
KAIRÓS tuvo la oportunidad de hablar con Johan Acendra, el nuevo diácono de la Arquidiócesis de Barranquilla, y le hizo varias preguntas de sobre esta etapa que comienza en su ministerio en la Iglesia:

KAIRÓS: ¿Cómo te sientes luego de tu ordenación como diácono?
Johan Acendra:
Contento, muy feliz. Igualmente ha sido una experiencia muy hermosa; ya la gente me ve de una manera distinta, entonces uno se dirige a la gente de otra forma. Pero el gozo que uno siente por el don recibido es estupendo, muy genial, por eso me siento muy feliz.

K.: ¿Qué sientes ahora después de ser ordenado? ¿Has reconfirmado algo?
J.A.:
Más que reconfirmar es comprometerme mucho más con la respuesta al llamado que Dios me ha hecho. Él me ha llamado por amor y por amor le respondo, y es por eso que tengo más compromiso con el don recibido.

K.: Con referente al tiempo que te hace falta para terminar el diaconado y, precisamente, para ser sacerdote, ¿Qué expectativas tienes para el futuro?
J.A.:
Siempre uno piensa en lo que va a pasar mañana, pero igual a mi me gusta mucho más vivir el presente y trabajar en él. Para el futuro es trabajar en una parroquia, en una comisión, en un trabajo distinto; pero vivo el presente y me esfuerzo alma, vida y corazón en la responsabilidad que en este momento tengo.

K.: ¿Cuál es el trabajo pastoral que cumples en la Sagrada Familia?
J.A.: Desde que llegué estoy a cargo de la Pastoral Juvenil. Igual hago parte de la Comisión de la Pastoral Juvenil Arquidiocesana. Trabajo en la parte de la Pastoral Familiar y apoyo el trabajo de todos los comités y de todos los grupos a nivel de la comunidad parroquial; principalmente toda la parte de los colegios y los encuentros con los jóvenes.

K.: Actualmente son muchos los jóvenes que pertenecen a los Círculos Vocacionales Arquidiocesanos. Varios de ellos ya recibieron la respuesta como ‘preseleccionados’ para entrar al Seminario Mayor Juan XXIII, ¿qué consejos le das a esos futuros seminaristas?
J.A.: Que hay que tener apertura al proceso y a la acción del Espíritu, estar totalmente abierto al proceso sabiendo que uno no entra ‘acabado’ al Seminario, por eso es un proceso de formación. Además, hay que tener docilidad y, especialmente, docilidad al Espíritu; porque la entrada al Seminario no garantiza que ya seamos sacerdotes, es para discernir la voluntad de Dios; pero uno tiene que estar en ese proceso de estar cada día convencido de que Dios lo ha llamado y que la respuesta a ese llamado tiene que ser con amor. Ésta puede ser siendo sacerdote o dejando a un lado el ser sacerdote para esforzarse por responder a Dios desde la vida laical o comprometida como un casado.

K.: ¿Qué es lo que más te gusta de ser diácono?
J.A.: El considerarme instrumento del amor de Dios, que Él actúa a través de mi. Todo lo que Dios hace a través de uno es genial. Que los jóvenes confíen en uno, que después de la predicación la gente quede movida y tocada, que Dios a través de uno se acerque a los niños, a las parejas y a las familias. Es la alegría de ser sembrador de esperanza y de ser un constructor de paz.

Círculo vocacional femenino



Una decidida opción por Jesucristo

Por Hna. Yolanda Chalán*



"Caminando por la orilla del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés echando las redes en el mar, pues eran pescadores. Y les dijo: veníos conmigo y os haré pescadores de hombres. Ellos, al instante, dejando las redes, lo siguieron". (Mt. 4, 18-22).

Jesús llama y quien es llamado responde con el seguimiento. La vocación de los apóstoles es modelo para todos los que quieren seguir a Jesús. Esta no nace del idealismo o la generosidad juvenil, nace de la fe; es respuesta a una llamada previa que Jesús nos dirige. Es Él quien toma siempre la iniciativa y no nosotros. Él se hace siempre el encontradizo: pasa, mira, llama... el discípulo escucha, obedece y se propone a seguirle.

No te decides a ser religioso/a simplemente porque quieres entregarte a pacificar la sociedad, infundirle esperanza o trabajar por la justicia. Te haces religioso, ante todo, por Jesucristo. Descubres por la fe que el Señor es el primer valor de tu vida, y quieres que, poco a poco, este descubrimiento te vaya conquistando por dentro hasta que de verdad Jesucristo sea lo más importante en tu escala de valores. Has decidido seguirlo, y esta decisión significa quererlo con toda el alma y prestarle nuestro corazón y nuestro cuerpo, nuestras cualidades, gustos, salud, estudios, interés y nuestro tiempo pleno, a fin de que a través de nosotros este Jesucristo que vive hoy pueda seguir su tarea de liberar y de salvar a la gente. Entre nosotros hay muchas personas que han descubierto a Jesucristo y que han sido atraído fuertemente por su Persona, haciendo un llamado a la vida religiosa. Quien haya hecho este descubrimiento puede seguir preguntándose por la vocación.

La consagración religiosa
La consagración religiosa es un misterio entrañable del Amor de Dios. El Todopoderoso se da en Jesús, plenamente, al que llama. Y el consagrado le responde amándole con todo el corazón, es decir, con toda su vida; le da su ser en profundidad. Pero una persona sólo se entrega realmente cuando se entrega por amor y cuando entrega, precisamente, el amor. Éste es el primer don, la raíz y principio de todos los demás dones; y el amor total sólo se expresa con el don total de sí mismo. Por eso la consagración religiosa es consagración de amor. Con las características propias de este sentimiento verdadero: la totalidad en la entrega, la exclusividad en la persona amada y el desinterés absoluto en servirle. En busca de un proyecto de vida

Convivencia con el Círculo Vocacional Femenino
El Círculo Vocacional Femenino tuvo la oportunidad de realizar una convivencia en el Santuario del Morro el XX de septiembre. En esta actividad estuvo el padre Alexi Mattos, Delegado Arquidiocesano de la Pastoral Vocacional, en compañía de varias hermanas de las distintas comunidades y que hacen parte de esta comisión.

Esta fue una oportunidad para reflexionar sobre la vida de San Pablo y, además, compartieron con cada una de las jóvenes que asistieron. “Esta es una experiencia maravillosa donde descubrimos en realidad lo que Dios quiere para nosotras y lo que nosotras podemos hacer por Éll desde nuestra juventud; invito a todas las chicas a descubrir el llamado de Dios y que no tengan miedo a arriesgarse porque vale la pena seguir a Jesús, además va a conocer una inmensa riqueza de carismas con que sirven a la Iglesia”, afirmó María Quintero, integrante del Círculo Vocacional.

De la misma manera, la Pastoral Vocacional ha realizado visitas a los colegios invitando a las jóvenes inquietas para que conozcan más sobre el Circulo Vocacional Femenino de nuestra Arquidiócesis de Barranquilla. Las reuniones se desarrollan cada 15 días los sábados en la casa de las Hermanas Reparadoras de 3 a 5 p.m. El próximo encuentro es el 11 de octubre, ¡te invitamos!.

*Hermana de la Comunidad Siervas de Jesús, miembro de la Comisión de Pastoral Vocacional.

Tribunal Eclesiástico Interdiocesano de Barranquilla



EL DERECHO EN LA IGLESIA


Por Carlos Julio Macías*


En alguna ocasión, una persona muy creyente y piadosa se me acercó y me interpeló, muy categóricamente, dejando ver claramente su desacuerdo con el tema del que deseaba preguntarme, “¿Por qué la Iglesia habla de Derecho eclesiástico o Canónico? ¿Por qué la Iglesia, que es un espacio de misericordia y salvación, habla de Tribunales que se relacionan con juicios, penas y castigos? ¿Acaso la ley suprema que nos dejó el Señor Jesús no es la ley del amor?”.

Esta serie de preguntas no son descabelladas. Indudablemente que la ley y el derecho en muchas oportunidades se suele relacionar únicamente con prohibiciones, delitos y hasta con corrupción; también es sencillo comprobar que Jesús, en muchas oportunidades, cuestionó y relativizó la ley judía y, por extensión, a todo tipo de ley que esclavice al ser humano y que le limite esa experiencia de libertad en el Espíritu Santo.

Es posible que aún en la actualidad muchos lectores de KAIRÓS tengan estas mismas dudas y esa misma imagen de lo que es el Derecho, en este caso particular el Derecho Canónico; por eso estas líneas intentarán ayudar a que se comprenda el sentido del derecho en la Iglesia de Cristo.

Lo primero que debemos plantear es que el Derecho en la Iglesia es un misterio (servicio) de comunión que sólo se puede comprender dentro del misterio de la vida de la Iglesia, que es vida de comunión en la fe, en la esperanza y en el amor. El derecho en la Iglesia, es decir, el Derecho Canónico, es diferente al derecho que regula la convivencia civil, ya que el fundamento del Derecho Canónico es la Sagrada Escritura, el Magisterio de la Iglesia, en otras palabras las enseñanzas de los diferentes Papas a lo largo de la historia y las necesidades Pastorales de la Comunidad Católica universal, especialmente el deseo de Cristo de que todas sus criaturas se salven.

Hay que afirmar, sin embargo, que la naturaleza del Derecho Canónico es jurídica y no únicamente espiritual, puesto que la naturaleza de la Iglesia así lo exige. Como vemos, la Iglesia no sólo es comunidad espiritual, sino que también posee una naturaleza social que está compuesta de personas de carne y hueso y no de criaturas exclusivamente espirituales; por ello corresponde al Código de Derecho Canónico dar normas para que los fieles, en su vida como Cristianos, participen de los bienes que la Iglesia les procura para llevarlos a la salvación eterna.

La Comunidad Eclesial necesita de puntos de referencia que le indiquen el camino correcto por el que caminar y principios de vida que vivir y defender. Hoy por hoy, por ejemplo, se percibe mucha confusión e incoherencia al respecto: por estos días hemos sido testigos de cómo el país entero se ha conmovido ante la crueldad abominable de la muerte de una criatura inocente e indefensa por manos de su propio Papá. La prensa, radio y televisión no han perdido la oportunidad de correr, incluso detrás de la madre del niño asesinado para preguntarle, en el colmo de la insensatez y la falta de escrúpulos y de sentido común, o talvez, guiados sólo por el sentido del negocio: ¿cómo se siente y qué opina de este hecho? Qué triste que en el afán de la noticia o del dinero no se haya respetado el dolor que atraviesa esta mujer.

Todo el País tiembla de dolor ante la muerte infame de este bebé indefenso e inocente; lo incoherente y triste es que la mayoría de esos hermanos apoyan el que sea la madre, el padre, el médico o los tres juntos quienes, diariamente, asesinan tantos bebés también inocentes e indefensos cuando apoyan el aborto.

La razón judicial de la Iglesia católica
El Código de Derecho Canónico define y defiende los derechos y deberes de cada uno de los fieles respecto a los demás, y, al aplicar la ley, no sÓlo tiene en cuenta la virtud de la justicia sino también la virtud de la caridad, la templanza, la humanidad y moderación. El Derecho Canónico es el elemento organizador de la comunión eclesial que expresa la paternidad y el amor de Dios, que afirma y defiende los derechos y los deberes de cada uno de los integrantes de la Comunidad Creyente, que aporta seguridad a lo que hace y dice la Iglesia hacia dentro de ella misma y hacia fuera, tanto a la pequeña comunidad o a la comunidad universal. Desde esta perspectiva, también en la Iglesia se habla de códigos, tribunales, procesos, demandas, delitos, penas, etc.; es decir, la Iglesia en su estructura judicial se asemeja a la de toda sociedad política, pero sin perder de vista el mandamiento del amor.

Los Tribunales eclesiásticos son creados con el objetivo de ejercer la potestad judicial, a través de la cual se busca hacer justicia aplicando siempre el principio de la ley suprema de la Iglesia que es la salvación de las almas. Los tribunales eclesiásticos los hay de diversos tipos:
- Diocesanos: cuando ejercen la potestad judicial concedida por un único obispo, es decir, el Obispo diocesano.
- Interdiocesano o regional: cuando ese Tribunal ejerce la potestad judicial concedida por un grupo de obispos diocesanos, como es el caso del Tribunal de Barranquilla, donde todos los Obispos de la Costa Atlántica, reunidos en asamblea y con la aprobación de la Sede Apostólica, han constituido de común acuerdo un sólo Tribunal de Primera Instancia para todas sus diócesis.

También hay grados entre ellos: los de primera instancia, segunda instancia o apelación; luego entonces, en la ciudad de Barranquilla tiene sede un tribunal eclesiástico. Este Tribunal es de tipo Regional o Interdiocesano, es decir que ejerce la potestad concedida en asamblea por todos los Obispos de la Costa Caribe; en ese orden de ideas, los Obispos de Barranquilla, Cartagena, Santa Marta, Valledupar, Montería, Sincelejo, Riohacha, Montelíbano, Magangué y San Andrés y Providencia, el grado de este tribunal es el de primera instancia.

Para Colombia existe, en la segunda instancia, el Tribunal Único de Apelación que se encuentra en la ciudad de Bogotá; allí deben ir la gran mayoría de procesos que se realizan en el Tribunal de Barranquilla y que necesitan no una sino dos sentencias, como es el caso de los Procesos para declarar la nulidad del Matrimonio.

La Organización del Tribunal Eclesiástico de Barranquilla es la siguiente:
- Moderador: Mons. Rubén Salazar Gómez, Arzobispo de Barranquilla.
- Presidente: Carlos Julio Macías, Pbro., Dr. En Derecho Canónico
- Jueces: Óscar Eduardo Arango, Pbro. Lic. en Derecho Canónico
Gabriel Ramírez, Pbro. Lic. en Derecho Canónico.
Iván Díaz Gómez, cjm., Lic. en Derecho Canónico.
- Def. del vínculo: Sra. Rosario Carvajal. Lic. en Derecho Canónico
Sr. Marco Quintero. Lic. en Derecho Canónico
- Notaria: Sra. Virginia Mieles
- Tesorera: Sra. Dina Gómez.
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En el Tribunal Eclesiástico de Barranquilla se adelantan procesos que competen al fuero exclusivo de la Iglesia, en materia de sacramentos, bienes eclesiásticos, disciplinas eclesiásticas, etc. Pero se conoce mayormente por los procesos de nulidad matrimonial que allí se realizan.

¿Qué son los procesos de nulidad matrimonial?
Lo primero que se debe afirmar es que aquí no se está hablando de divorcios, como se entiende en el derecho civil este término. En el Tribunal Eclesiástico lo que se busca es la verdad jurídica de lo que ocurrió cuando se celebró el matrimonio, es decir, si en el momento de la celebración del matrimonio falló o no se cumplió uno de las exigencias que Cristo, el Señor, o la Iglesia de Cristo requieren para que ese matrimonio celebrado sea realmente válido, en otras palabras, si le faltó habilidad o capacidad jurídica o psíquica a los contrayentes, o si no se cumplió la forma en que se debe celebrar este Sacramento; si algo de esto ocurrió, entonces, se afirma que ese “matrimonio” no se configuró realmente, no cristalizó como Sacramento y por eso no es válido o, también, es nulo o, en una sola frase, nunca existió como Sacramento de Dios. En este caso, se declara que la persona es libre porque no existió nunca el supuesto matrimonio como Sacramento, y entonces ambos cónyuges podrán acceder a nuevas nupcias.

Sea esta la oportunidad para invitar a los lectores que hayan fracasado en su matrimonio para que se acerquen al Tribunal eclesiástico ubicado en la carrera 45 No. 53-122, teléfonos: 3494470 - 3490173, 3107062582 - 3164539191, y expongan su caso con el fin de estudiar la posibilidad de iniciar un proceso de nulidad matrimonial y, si es el caso, declarar la nulidad del matrimonio que supuestamente han contraído; de esta manera, se dejará de vivir de modo irregular la vida conyugal, viviendo la vida actual de pareja bajo la bendición del sacramento del matrimonio en caso que así lo deseen.

*Sacerdote - Vicario Judicial, Presidente del Tribunal Eclesiástico de Barranquilla

PARROQUIAS AYER Y HOY


Unidad pastoral Santa María Goretti :No hay obstáculos para el Amor de Dios


Cuenta la Señora Candelaria Orozco de Lora que hace 50 años, cuando llegó al barrio Carrizalito, tan sólo existían unos cuantos tugurios construidos con cartón, plásticos, latas y, los más modernos, con una madera que llamaban ‘cachete’; allí, en medio de la pobreza, cargaban el agua en burros desde largas distancias y se alumbraban de noche con artesanales mechones. Día a día llegaban más familias que, llevadas por la pobreza, se veían obligadas a construir en esas lomas llenas de vegetación y lodo sus improvisados ranchos; lo importante era que podían apoderarse de cualquier cantidad de terreno, sin que nadie les impidiera ya que aparentemente estos lodazales, no tenían dueño, lo cierto es que hasta el momento nadie se ha acercado a reclamarlos. La vida en Carrizalito transcurría en completa calma, los niños jugaban en la vegetación y los pantanos y la gente adulta salía todos los días al rebusque: lavaban ropa, planchaban, reciclaban, vendían frutas y verduras; se ganaban el pan de cada día como Dios manda. Pero también, sin importarles mucho su pobreza, se iban organizando como barrio a pesar de no contar con ningún servicio y estar olvidados completamente de la sociedad. Se fue creando la acción comunal que empezó a servir como puente entre la comunidad y los gobernantes, al menos para que supieran que ellos existían.

Fue precisamente un líder comunal a quien no le gustó que su sector se llamará carrizalito y se invento el elegante nombre de barrio Las Américas; la lucha y la desesperación seguían vigentes y algunos grupos de la Iglesia católica, encabezados por el padre Humberto Lizcano, ya hacían presencia en el lugar, celebraban la misa en improvisados lugares al sol y al agua, y hasta se administraban sacramentos como bautizos y matrimonios. El Padre Lizcano, deseoso de que estos habitantes se acercarán a Dios y pudieran tener una parroquia, consiguió un enorme terreno en donde comenzó a construir una pequeña capilla, la misma de la actualidad pero ahora ampliada y mejorada. El trabajo de los catequistas pronto dio sus frutos debido a que el 3 de marzo de 1965, por decreto 318 firmado por monseñor Germán Villa Gaviria, se erige como vicaría parroquial Santa María de Mazzarello, con territorio segregado de la parroquia de Santo Domingo de Guzmán. Al lado de la capilla se construyó la casa cural, la Casa de las Hermanas y una escuela que empezó a ser atendida por las damas Hebreas y a la que le dieron el nombre de Golde Meir.

Comienza para esta comunidad una vida plena de Iglesia, ya que se nombra a su primer vicario ecónomo, padre Arístides Barrera. Él debió trabajar en condiciones de mucha pobreza y compartió con su comunidad las tristezas, luchas y las pocas alegrías, pero se dio a querer de todos los habitantes hasta el punto de que hoy aún lo recuerdan con especial afecto. El 26 de febrero de 1968, ya con una comunidad en camino de formación y un barrio completamente poblado, se erige como parroquia por decreto 414 de monseñor Villa Gaviria y se nombra como su primer párroco al padre Reinaldo Iriarte Ríos, quien se entregó por completo a su ministerio formando y educando doctrinalmente a su feligresía, dejando hondas huellas de espiritualidad durante los 3 años como pastor del barrio las Américas; luego llegó el padre Ismael Arévalo hasta el año 1974 cuando de nuevo repite el padre Iriarte por un año más y, el 9 de julio de 1975, le entrega al padre Víctor Tamayo ya no la parroquia de Santa María Mazzarello sino la parroquia de Santa María Goretti, pues el nombre fue cambiado según decreto arzobispal. Para el mes de octubre del mismo año llegan desde México las Hermanas Dominicas de la Doctrina Cristiana y son recibidas generosamente por el padre Tamayo, quien les brinda toda su colaboración para que las hermanas inicien su trabajo de evangelización y promoción humana. En varios periodos trabaja como párroco el padre Tamayo y, como siempre, realiza grandes obras de mejoramiento en el complejo parroquial y en todo el sector. Luego vienen a la historia de esta parroquia otros sacerdotes como Faustino Gonzales, Álvaro Romero, Luis Alberto Martínez, Armando Larios, Teodoro García, Mario Lujan, quien con su carisma misionero y el amor por los pobres dejó también huellas imborrables dentro de la comunidad; igualmente Álvaro García, quien siendo diácono realizó un trabajo muy especial con los jóvenes, y, desde el año 1999 hasta el 2004, el padre Giovanni San Juan.

La Parroquia Hoy
El barrio las Américas en la actualidad ya no es un tugurio. Sus viviendas lucen mejoradas aunque sus habitantes continúan, en su mayoría, sumidos en la pobreza total; sus calles siguen intransitables por el olvido y la negligencia del estado. Como párroco se encuentra el sacerdote antioqueño Edgar Darío Osorio Giraldo, un paisano del beato Marianito Eusse y misionero por vocación; llegó a la Arquidiócesis alrededor de 4 años invitado por monseñor Víctor Tamayo. Al tomar posesión de la unidad pastoral Santa María Goretti, encontró una comunidad con muchos problemas de convivencia, bastante inseguridad, un especie de ‘mercado religioso’ por la cantidad de grupos no católicos que proliferan en el sector y una apatía hacía el compromiso cristiano de la mayoría de sus habitantes. Ante semejante problemática, el padre Osorio, quien ya como misionero en el amazonas había trabajado venciendo la inclemencia del clima y la hostilidad de la zona, en lugar de salir corriendo, comenzó entregándose a su nueva parroquia las 24 horas del día y optó por darle continuidad al trabajo pastoral de los anteriores párrocos; también buscó caminos que le permitieran, con los pocos feligreses comprometidos, cambiar la apatía por el compromiso cristiano, la violencia por la fraternidad, y la pereza y el oció por deseos de trabajar y salir adelante.

Gracias a Dios, que protege a este sacerdote como todos los demás, y a su carisma misionero ha podido realizar un trabajo que se puede considerar como un milagro del altísimo, porque, además de las anteriores situaciones, también le toca enfrentar el problema económico muy serio debido a la pobreza de la comunidad; sin duda alguna le toca vivir en una austeridad total, casi en la misma pobreza como viven sus feligreses; pero ahora los resultados de esa titánica labor se pueden mostrar a propios y extraños, sus frutos están a la vista: sacó adelante el nuevo ‘plan pastoral de evangelización’, cuyas estructuras, teniendo en cuenta las circunstancias especiales del sector, ya están construidas y, con un pequeño pero muy selecto grupo de fieles entregados a su apostolado, siguen adelante en el proceso de Iglesia. Se construyó la parroquia de Jesús de la Buena Esperanza en el barrio La Sierrita y también la construcción de la parroquia de Santa María de la Cordialidad; nadie puede negar que estas dos parroquias son el resultado de un trabajo pastoral y de motivación muy intenso realizado por el padre Edgar Darío, muy de la mano con las Hermanas Oblatas Catequistas Pequeñas Siervas de los Pobres, una comunidad africana que comparte con el párroco las angustias, dificultades, las luchas, y las tristezas, pero también la eucaristía y la oración diaria como pan bajado del cielo, para poder, en medio de la tormenta, seguir adelante presentando y ofreciendo el Reino de Dios a los habitantes del barrio las Américas.

APUNTES EMPRESARIALES: El ejemplo, base del liderazgo


Por: Reinaldo Gómez Pérez*


El capítulo 6 del evangelio de San Lucas contiene el admirable sermón en que nuestro señor Jesús declara los fundamentos de la nueva ley. Desde el versículo 27 hasta el 42, contiene todo un tratado de lo que debe ser y hacer un cristiano. Llevado esto al contexto laboral, diríamos que son la esencia del LIDERAZGO.

Muy someramente voy a mencionar varios fundamentos de la nueva ley, pero, al finalizar, sólo me concentraré en uno de ellos: El ejemplo.

Estos fundamentos son:
· Haced el bien a los que os aborrecen.
· Bendecid a los que os maldicen.
· Orad por los que os calumnian.
· A quien te hiere en una mejilla preséntale asimismo la otra.
· A todo el que te pida, dale.
· Tratad a los hombres de la misma manera que quisierais que ellos os tratasen a vosotros.
· Haced bien y prestad sin esperanza de recibir nada por ello.
· Sed pues misericordioso así como también vuestro padre es misericordioso.
· No juzguéis y no seréis juzgado.
· Perdonad y seréis perdonados.
· Dad abundantemente y se os echará en el seno una buena medida, apretada bien colmada hasta que se derrame.

Y por último, para cerrar con broche de oro, cita: “… Más tú ¿por qué miras la mota en el ojo de tu hermano no reparando la viga que tienes en el tuyo? O ¿con qué cara dices a tu hermano: Hermano deja que te quite esta mota del ojo: cuando tú mismo no echas de ver la viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo y después podrás ver cómo has de sacar la mota del ojo de tu hermano”.

No podemos pedir a las personas que están al interior de nuestra organización que sean más colaboradores si nosotros no lo somos; no podemos decirles que presten un mejor servicio al cliente si nosotros no nos esmeramos por brindarlo; no podemos pedir orden, austeridad, planeación, puntualidad, respeto, comprensión, etc. Si nosotros, como LÍDERES de una empresa, no educamos con el EJEMPLO. ¡Hipócrita! ¿Cómo puedes exigir resultados al interior de la organización si tú, que eres el LÍDER, no das el ejemplo?.

Dice Daniel Goleman, el padre de la inteligencia emocional, que liderar eficazmente tiene que ver más con desarrollar un interés genuino en las personas y el talento para fomentar emociones positivas en aquellas cuya cooperación y apoyo usted requiere; pues bien, de ser así debemos preocuparnos por ser más y mejores personas; debemos crecer en virtudes; debemos luchar para superar nuestras debilidades y tentaciones. Desarrollar un interés genuino en las personas y fomentar emociones positivas en ellas, no lo vamos a lograr si no lideramos con el ejemplo.

Y tú…¿ya tienes identificado cuál es la viga que hay en tus ojos?

*Especialista en administración de recursos humanos
visiondeltrabajo@hotmail.com

El Estilo de hablar de la Iglesia

Por Rafael Amín Bermejo Samper*

El hablar es un acto común para comunicarse entre dos personas, podemos expresar con él sentimientos, emociones, opinión frente a un hecho y muchas ideas más que se encuentran inmersas en el pensamiento de los seres humanos. Por medio del lenguaje se define lo que somos; moldea cómo piensa un pueblo, cómo ven el mundo, cómo responden a las personas y a los acontecimientos, incluso, cómo sienten. Y, adentrándome a investigar temas eminentemente eclesiásticos, me encontré el autor Robert Louis Wilken, distinguido miembro del Centro de Teología Bíblica de San Pablo y profesor de historia del cristianismo en la Universidad de Virginia, quien escribió, en una oportunidad, un texto referente al MODO DE HABLAR DE LA IGLESIA como una manera de tener una identidad propia ante el mundo y sus diferentes instituciones sociales, políticas y económicas.

A partir de mi lectura de este eminente autor, cuando escribió para la revista First Things en la temporada de los meses de agosto y septiembre de 2005, -a pesar de los años transcurridos- creí necesario retomar la idea del autor para que reflexionemos un poco acerca de este tema, la cual nos da luces para comprender mejor nuestra realidad como cristianos perteneciente a nuestra Santa Madre la Iglesia Católica.

Este mismo léxico utilizado por la Iglesia se inspira en las Sagradas Escrituras, fuente principal para una verdadera experiencia de los cristianos, tanto humana como espiritual; pero es también una herramienta que sirve para definir la terminología eclesiástica con el fin de distinguirse al propio mundo que, en ultimas, también ha querido influir en sus propias expresiones lingüísticas. Por eso es importante que conozcamos un poco los términos en que la Iglesia se sirve para distinguirse de otras instituciones en el mundo, piénsese, por ejemplo, cuántos términos cristianos se usan de un modo distintivo: Padre, Hijo, Espíritu, fe, esperanza, amor, gracia, pecado, piedad, arrepentimiento, perdón, imagen de Dios, carne, Reino, cordero de Dios, siervo sufriente, honradez, visión (como en “bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios”), conocimiento (como en “conocen la verdad ”), creer, verdad (como en “yo soy la verdad ”), creación (“varón y mujer los hizo”), la pasión (como en la Pasión de Cristo), el rostro de Dios (el kyrie eleison).

Pero, a pesar que nosotros hablemos en otros idiomas (sea el Inglés, Árabe, Francés y el mismo Español), la lengua reconocible internacionalmente es el cristianismo; sin embargo, las lenguas de otras confesiones religiosas, puedan que estén inmersas en el hablar de algunos practicantes de su fe, aunque, sin lugar a dudas, el cristianismo acapara todos los campos lingüísticos en el mundo y aún en el contemporáneo.

Los términos de cómo la fe se inserta en el lenguaje, no como conjunto de creencias abstractas o ideas, sino un mundo de asociaciones compartidas y alusiones con su propia belleza y sonoridad, cohesión interna y lógica, poder emocional y retórico. Ese mismo modo de hablar de la Iglesia se concibe como un conjunto de palabras e imágenes que han formado el pensamiento y las acciones que conocían a Cristo, razón por la cual el pensamiento cristiano es histórico, y, sin este lenguaje particular de la Iglesia, no puede haber vida plena cristiana.

Aprendamos a conocer el estilo de hablar de nuestra Iglesia católica, para enriquecer nuestra propia experiencia cristiana, cultivándola con la lectura diaria de la Palabra de Dios, la participación en los Sacramentos en especial la Eucaristía y no dejándonos llevar por las propuestas de nuestro mundo contemporáneo que sólo las hace para alejarnos cada vez más de nuestro Dios Eterno.

* Estudiante de Sociología, Catequista de la unidad pastoral Divino Niño Jesús y miembro de la Comisión Arquidiocesana de Catequesis. JVC Nº28

GUILLO MONAGUILLO


Gestos y posturas en la Eucaristía

Hola Amiguitos!
A partir de esta edición empezaremos a conocer cada uno de los gestos y posturas en la Misa.
Imagínense que yo siempre me preguntaba porque en unos momentos estábamos de pie y en otros sentados; pensé que eran como una especie de ejercicio, así como cuando estamos en la clase de educación física: arriba, abajo, sentados, alza las manos, de rodillas... Así que decidí preguntarle al coordinador del equipo de monaguillos de mi parroquia y esto fue lo que me contestó:


"En la Santa Misa es frecuente emplear posturas y gestos que expresan lo que sentimos, nuestro cuerpo se convierte en un espejo de nuestra vivencia: escucha, alabanza, súplica, adoración, arrepentimiento, etc. En la Eucaristía nos expresamos con todo el cuerpo, con los gestos y movimientos, son como unos carritos que nos permiten comunicarnos con Dios, sin decir, en muchas ocasiones, alguna palabra. Además los gestos y posturas fomentan el sentido de comunidad y unidad de todos los que participan de la Misa" .


¿Se dan cuenta de la gran importancia de cada uno de los gestos y posturas en la Eucaristía? En la próxima edición empezaremos a conocer el sentido de cada uno de ellos.

¡Hasta la vista!

viernes, octubre 10, 2008

NUESTRA PORTADA


SKYLER, el cine domo más grande del continente en Barranquilla
En el marco de la Semana Mundial del Espacio que se celebra anualmente del 4 al 10 de octubre, la Fundación Arquidiocesana de Educación –FUNADE- ha organizado una importante celebración con el fin de motivar el interés científico y tecnológico en los niños, jóvenes y público en general.


Certificado para seguir construyendo sociedad
El colegio arquidiocesano Seminario Conciliar San Luis Beltrán recibió el certificado del modelo europeo EFQM que lo acredita como una institución comprometida con la excelencia.


En Villa Olímpica nace una esperanza
Una nueva parroquia como fruto de la Catedratón 2008

EDITORIAL

SIEMPRE HAY UNA RAZÓN PARA VIVIR EN COMUNIDAD
“Hagamos comunidad, somos hermanos”. Inspirándonos en este valor del mes de octubre que propone la Arquidiócesis de Barranquilla para todos los habitantes del Atlántico, damos una mirada a nuestro alrededor y seguimos descubriendo una Iglesia que cada día vive más el espíritu de la comunión y la participación; un pueblo que busca la verdad y el sentido de la vida en Cristo Jesús.

En el mes de octubre son muchas las ocasiones que se nos brinda para hacer comunidad. Celebraremos el ‘Mes del Santo Rosario’, hermosa oportunidad que la Iglesia nos regala para rezar en la intimidad de nuestra habitación, en familia, con los vecinos, en la parroquia o en la oficina, esta plegaria mariana que nos convoca en torno a la santísima Virgen María para vivir en comunidad teniendo como centro a Nuestro Señor Jesucristo.

Además, octubre es el mes de la ‘Jornada Mundial por las Misiones’, oportunidad para unirnos a todos aquellos misioneros que en lejanas tierras de este planeta están donando su vida por el anuncio del Reino de Dios, llevando a todos los hombres el mensaje de salvación para que se conviertan y crean en Jesucristo el Señor. Desde cada parroquia nos podemos unir con oración y con donaciones económicas para el sostenimiento de esta labor pastoral y evangelizadora de la Iglesia en el mundo. Todo esto hace comunidad.

Asimismo, octubre avanza en medio de un ambiente de pureza e inocencia pues es el mes de los niños, durante el cual juega toda la imaginación no sólo de los párvulos sino también de los adultos, ya que se nos viene a la mente nuestra propia infancia; es hacer presente un pasado feliz. Todo esto nos recrea y nos une en un solo corazón y en una sola comunidad.

En el ámbito arquidiocesano, octubre es un mes en el que todas las comisiones ya han entregado su planificación y su programación, trabajo desarrollado muy detenidamente en comunidad y como equipo para proyectar desde el hoy la Iglesia que queremos y el mundo necesita, es decir, una Iglesia comunión, participación y misión.

Y como si todo esto no bastara, cerraremos el mes con la inauguración de la nueva sede de nuestra Curia Arquidiocesana, es decir, ese espacio donde el Arzobispo con sus colaboradores directos en lo pastoral, lo administrativo y lo judicial, dirigen y coordinan toda la labor de la Arquidiócesis de Barranquilla. Para este importante momento nos estará acompañando el Nuncio Apostólico Aldo Cavalli, es decir, el representante de la Santa Sede en Colombia, quien viene a vivir con nosotros el gozo de todos los esfuerzos de la comunidad en la remodelación de este edificio.

Hay, pues, más de una razón para vivir en comunidad. Y la tuya, ¿cuál es?

Colegio Seminario Conciliar San Luis Beltrán, certificado para seguir construyendo sociedad


El colegio arquidiocesano Seminario Conciliar San Luis Beltrán recibió el certificado del modelo europeo EFQM que lo acredita como una institución comprometida con la excelencia.

El modelo EFQM comenzó para las grandes empresas de Europa, luego siguió para las pymes y, posteriormente, se adoptó a las instituciones educativas. El grupo Santillana, en Latinoamérica, adquirió los derechos para la asesoría del modelo en las instituciones educativas; son varios certificados que se obtienen y que los centros educativos van alcanzando poco a poco luego de un exhaustivo proceso: el primero es el nivel de acceso –que fue le que recibió el colegio San Luis Beltrán-, luego el certificado de ‘comprometidos con la excelencia’, sigue el de comprometidos con la excelencia “3 estrellas”, después “4 estrellas” hasta alcanzar las 5 estrella, es decir, la calidad total y que permite entrar en los llamado estándares internacionales de educación.

El certificado que recibió esta institución arquidiocesana tiene validez por dos años; se obtuvo gracias al trabajo comprometido de todo el equipo de educadores del Seminario Conciliar San Luis Beltrán, encabezado por Rossiel Navarro, María Hoyer, Katia Conrado y el filósofo Luis Fernando López.
Como lo afirmó el profesor Fernando López, son muchas las expectativas que nacen luego de haber alcanzado este importante logro. Sin duda alguna, la más importante es seguir ascendiendo en los escalones que propone el modelo de educación para así alcanzar el nivel comprometidos para la excelencia, “algo clave es que esto es un modelo, un camino, una ruta que nos llevará a la satisfacción de las expectativas de los estudiantes, padres de familias, los mismos educadores y directivas. El certificado indica que conocemos el modelo y cómo implementarlo al interior de nuestra institución. la tarea es bastante exigente”, expuso.
Es importante tener en cuenta que el modelo se fundamenta en una autoevaluación institucional, la cual es realizada por el mismo personal del centro, “lo interesante de este modelo de calidad (hay varios) es que las mismas personas que hacen parte de las instituciones educativas son las que evalúan bajo unos parámetros objetivos acerca del estado en que está la institución, de tal manera que se puedan precisar los puntos fuertes y aquellas áreas que demandan mejora, y para esto se hace una búsqueda de las evidencias de los aspectos que hacen parte de los criterios demandandados”, precisó el profesor Luis Fernando López.
Las áreas en las que se trabajó prioritariamente son las siguientes: plan estratégico, satisfacción a los clientes, satisfacción al personal, comunicaciones, impacto social y procesos. Debido a la necesidad de contrarrestar estas debilidades, hubo una formación en herramientas de calidad para elaborar los planes que ayudarán a este fin. “Confiamos en que, al implementar un sistema de gestión de calidad en los procesos al interior de nuestras instituciones educativas, podamos formar en valores a los hombres y las mujeres que Dios quiere y nuestra sociedad necesita y que fácilmente, por nuestros frutos, nos conozcan”, afirmó el filósofo López.

Para monseñor Rubén Salazar, Arzobispo de Barranquilla, este certificado deja muy claro el compromiso de la Iglesia y su trabajo constante para seguir construyendo una mejor sociedad. “En este proceso de FUNADE comenzamos a dar los primeros pasos, pero a darlos muy bien dados. En el certificado que acabamos de recibir dice ‘comprometidos con la excelencia’, yo pienso que ahí está el núcleo y la verdad de lo que significa este momento que estamos viviendo. Queremos expresar claramente ese compromiso nuestro con la excelencia. La Iglesia católica existe solamente para ser esa familia de Dios, ese cuerpo de Cristo en la tierra; como lo dice el Concilio Vaticano II, ser signo e instrumento del amor de Dios para el mundo. Un signo hace tomar conciencia, ilumina, irradia luz; por eso, si nosotros queremos ser un signo de ese amor de Dios, tenemos que reflejarlo en toda la vida de la Iglesia y, en el caso concreto de colegios arquidiocesano, debe reflejarse de una manera especial”, expresó el Arzobispo. De la misma manera, también resaltó la importancia de que la Iglesia, y en el caso concreto de la Arquidiócesis de Barranquilla, tenga colegios para que sean signos muy claros de la excelencia, “es decir, signos muy claros de cómo Dios actúa sobre el ser humano, cómo lo transforma, cómo Dios lo hace, de verdad, no solamente su hijo sino hermano de los demás y le entrega un mundo para construir, para transformar, para hacerlo un mundo de justicia y de paz. Entonces, al hacerse signo, se hacen también instrumento influyendo e incidiendo en la sociedad”, concluyó.