viernes, septiembre 07, 2007

PASTORAL PENITENCIARIA: UNA LUZ QUE LIBERA EL ALMA

Desde el Proceso Diocesano de Renovación y Evangelización –PDRE- se trabaja para que todos los sectores de la sociedad encuentren a Cristo como salvador y único dueño de la felicidad. Las personas que en la actualidad están privadas de su libertad, en las distintas cárceles, no son la excepción.

Por ONIX NEDEL CORREA GARCÍA

En el Atlántico, la Comisión para la Pastoral Penitenciaria de la Arquidiócesis de Barranquilla trabaja con el firme objetivo de que los internos de los centros penitenciarios tengan un encuentro con Dios que les permita comprometerse en el mejoramiento de su calidad de vida.

Durante este Año Jubilar, la comisión se ha organizado realizando reuniones cada quince días. A estos encuentros asisten, responsablemente, varios de los agentes de pastoral que hacen su apostolado en las cárceles del Departamento, y con ellos se ha logrado fortalecer la pastoral penitenciaria en nuestra Arquidiócesis.

Actualmente son muchos los que en la Cárcel Distrital del Bosque, Penitenciaría del Bosque, La Modelo, Buen Pastor, El Oasis y, también, en la cárcel de Sabanalarga, trabajan para llevar un mensaje de justicia, fraternidad y amor al prójimo privado de libertad.

Estos agentes de pastoral son personas de buen corazón que prestan un servicio desinteresado a la Iglesia. Gracias al amor que le tienen a este apostolado asisten obedientemente a las diferentes reuniones que en la parroquia de Chiquinquirá realiza la comisión arquidiocesana para organizar el trabajo pastoral que se desarrolla en los centros penitenciarios.

Es un trabajo que se realiza poco a poco, pero a pasos seguros, y se está trabajando para que haya más personas que quieran integrar y aportar al crecimiento de la comisión. Una psicóloga, un médico y un encargado de los medios de comunicación, son los profesionales que aún faltan en este trabajo de evangelización para que aporten sus conocimientos y experiencia a esta buena obra que ayuda a los internos.

Debido al poco tiempo que le dan a la evangelización en las penitenciarias, el trabajo de “reconstruir el espíritu” se torna difícil. Toda la programación de las distintas actividades pastorales depende de las directivas de la cárcel y del capellán que ésta tenga. En algunas, gracias al servicio que brindan los miembros de la comisión arquidiocesana, los internos y sus hijos pueden recibir la catequesis.

Poco a poco el trabajo pastoral se va consolidando, convirtiéndose en una excelente ayuda para aquellos que “aparentemente” lo han perdido todo; quizás por eso el Delegado Arquidiocesano para la Pastoral Penitenciaria, padre Julio César Balza Tati, afirma que “es un trabajo lento, vamos paso a paso, pero creo que vamos llegaremos a hacer una buena pastoral penitenciaria con la ayuda de Dios”.

En este Año Jubilar el trabajo de evangelización que hace la pastoral penitenciaria ha ayudado a que los internos mejoren su calidad de vida, en el sentido de su superación espiritual y el crecimiento de la fe en Dios. “Es muy corto el tiempo que tenemos para hablar con los internos, pero, en el momento de acercarnos a ellos, los hemos conocido y ha sido mucha la ayuda a nivel personal la que le brindamos”, sostiene el padre Balza.

La necesidad de llevar el mensaje de paz y justicia de Dios a los internos es bien importante; por lo general, todos los que se encuentran en un lugar como la cárcel están sedientos del amor de Jesús. “Es normal encontrar indiferencia por parte de algunos debido a las drogas, la cultura y los lugares de donde provienen. Sin embargo, un 80% de los internos tienen una respuesta muy positiva a la ayuda que les llevamos”, dice el padre Julio Balza.

Para el Jubileo de la Pastoral Penitenciaria el trabajo que se realiza es en conjunto. Varios sacerdotes también ayudan para que a las cárceles se pueda llevar la Palabra de Dios. Es así como el padre Santiago Martínez asiste a los internos de la Cárcel Distrital del Bosque, el padre José De Armas es el capellán de la Penitenciaría del Bosque, el padre Ovidio Mendoza brinda apoyo en la del Buen Pastor, el padre Edward Utria en la del Oasis y, por último, el padre Lucas Peña organizará el Jubileo en la cárcel de Sabanagrande. “No es un trabajo fácil, pero es satisfactoria la recompensa que se recibe de él, reflejada en la acogida y el respeto que dan los internos, manifestando su creencia en Dios y, también, su confianza cuando se abren al diálogo personal, en éste hablan de muchas cosas que mueven el corazón de cualquier sacerdote”, añade el padre Balza con cariño.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y COMO PODER AYUDAR HOY ATODOS AQUELLOS HEMANOS NUESTROS QUE TIENEN QUE PAGAR MULTAS MUY CARAS COMO PARTE DE SU CONDENA, PERO QUE LES ESTAN DANDO COMO OBSIÒN SALIR A RREALIZAR OBRAS SOCIALES EN ALGUNA INSTITUCIÒN QUE LOS PUEDA CONTRATAR SIN NINGUNA REMUNERACION. ES POSIBLE CREAR UN CENTRO DE AYUDA ESPECIALMENTE PARA ESTOS CASOS ?

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