Métete en el cuento
Guacamayas: encantadoras y ruidosas
El colorido, inteligencia y destreza para comunicarse, convierten a estas hermosas aves en una magnífica atracción que la madre naturaleza nos regala. Actualmente, por el afán de tenerlas como mascotas, esta familia de aves ha reducido el número de su población en el medio natural, colocándolas en la lista de animales en peligro de extinción. Amigos, juntos podemos evitar que estas especies desaparezcan del reino animal. ¡Conoce tres de las existentes!
Guacamaya pechiamarilla (Ara araruna)
Mide entre 71 y 90 cm. Tiene una coloración corporal inconfundible entre azul ultramarino y amarillo intenso. Su cara es blanca y con hermosas líneas negras. Esta ave habita en bosques tropicales de Suramérica. Es común verla en pareja y en grupos de más de 25 individuos. En época reproductiva, hace una puesta de 2 a 4 huevos, los incuba durante 28 días y cuida de los polluelos durante 15 días más. Cuando hacen nido, tanto el macho como la hembra, adquieren una coloración rojiza en la cara.
Guacamaya verde (Ara militaris)
Mide de 70 a 80 cm, y pesa unos 900 gramos. Es de un color verde muy vivo. Tiene plumas rojas en su frente, mientras que en su cola se mezclan las plumas rojas y azules. Esta ave puede llegar a vivir 60 años en libertad. Ponen de 2 a 3 huevos. Los polluelos están con los padres cerca de un año, y sus primeros vuelos se producen durante los primeros 100 días de edad. Se alimenta de frutos secos, bayas, frutas y verduras. Está clasificada como especie vulnerable por la alteración de su hábitat.
Guacamaya escarlata (Ara chloroptera)
Mide de 85 a 95 cm, y pesa aproximadamente 950 a 1 700 gramos, por consiguiente es considerada la guacamaya más fuerte y poderosa. Su hábitat son las zonas selváticas y los bosques húmedos, ubicados entre los 500 y 1500 metros de altitud. Se diferencia muy bien de la guacamaya bandera por la presencia de sólo plumas azules en sus alas, así como por las líneas rojas de su cara, que van desde el pico hasta la cabeza. No está catalogada como especie amenazada, pero podría estarlo rápidamente por la destrucción del hábitat donde se distribuye.
Guacamayas: encantadoras y ruidosas
El colorido, inteligencia y destreza para comunicarse, convierten a estas hermosas aves en una magnífica atracción que la madre naturaleza nos regala. Actualmente, por el afán de tenerlas como mascotas, esta familia de aves ha reducido el número de su población en el medio natural, colocándolas en la lista de animales en peligro de extinción. Amigos, juntos podemos evitar que estas especies desaparezcan del reino animal. ¡Conoce tres de las existentes!
Guacamaya pechiamarilla (Ara araruna)
Mide entre 71 y 90 cm. Tiene una coloración corporal inconfundible entre azul ultramarino y amarillo intenso. Su cara es blanca y con hermosas líneas negras. Esta ave habita en bosques tropicales de Suramérica. Es común verla en pareja y en grupos de más de 25 individuos. En época reproductiva, hace una puesta de 2 a 4 huevos, los incuba durante 28 días y cuida de los polluelos durante 15 días más. Cuando hacen nido, tanto el macho como la hembra, adquieren una coloración rojiza en la cara.
Guacamaya verde (Ara militaris)
Mide de 70 a 80 cm, y pesa unos 900 gramos. Es de un color verde muy vivo. Tiene plumas rojas en su frente, mientras que en su cola se mezclan las plumas rojas y azules. Esta ave puede llegar a vivir 60 años en libertad. Ponen de 2 a 3 huevos. Los polluelos están con los padres cerca de un año, y sus primeros vuelos se producen durante los primeros 100 días de edad. Se alimenta de frutos secos, bayas, frutas y verduras. Está clasificada como especie vulnerable por la alteración de su hábitat.
Guacamaya escarlata (Ara chloroptera)
Mide de 85 a 95 cm, y pesa aproximadamente 950 a 1 700 gramos, por consiguiente es considerada la guacamaya más fuerte y poderosa. Su hábitat son las zonas selváticas y los bosques húmedos, ubicados entre los 500 y 1500 metros de altitud. Se diferencia muy bien de la guacamaya bandera por la presencia de sólo plumas azules en sus alas, así como por las líneas rojas de su cara, que van desde el pico hasta la cabeza. No está catalogada como especie amenazada, pero podría estarlo rápidamente por la destrucción del hábitat donde se distribuye.
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