Una gran bendición ha recibido la Arquidiócesis de Barranquilla, en el marco del Año Sacerdotal y para la apertura de la Segunda Semana Vocacional del presente año. El 5 de septiembre fueron ordenados ocho nuevos sacerdotes por imposición de manos del Arzobispo de Barranquilla, Monseñor Rubén Salazar Gómez, en celebración solemne concelebrada por sus Obispos auxiliares, Monseñor Luis Antonio Nova y Monseñor Víctor Tamayo, y el presbiterio arquidiocesano.
Por primera vez en la historia de la Iglesia que peregrina en el Atlántico, un número similar de jóvenes entregaron su vida al servicio de la Iglesia. Los nuevos sacerdotes son: Geovanny Mercado, Jair Panza, Roberto Tarra, Daniel Cantillo, Luis De la Rosa, Juan Carlos Sermeño, Miguel Gómez y Azael Gutiérrez.
Como Iglesia comprometida con la evangelización, es momento de dar gracias desde lo más profundo de nuestro ser, porque Jesús ha mostrado que sigue vivo en medio de nosotros, de esa manera continúa salvando al mundo, mostrando el amor misericordioso de Dios, haciendo presente y efectivo ese amor, precisamente con la ordenación de ocho nuevos presbíteros para la Arquidiócesis de Barranquilla.
En esta ocasión la ordenación sacerdotal, no solamente coin-cidió con la Semana Vocacional, sino con la Semana por la Paz, el Señor Arzobispo, expresó que esta realidad nos permite tomar conciencia que el orden sacerdotal está dirigido a transformar el mundo, a crear la paz y es fruto de la unión profunda con Dios por medio de Jesucristo y por la acción del Espíritu Santo.
La necesidad de más vocaciones, de seres llamados a configurarse con Cristo en el orden del sacerdocio, se hace cada vez más latente ante la realidad de la Arquidiócesis de Barranquilla, pues se hace necesario, como mínimo 350 sacerdotes para atender a una población cercana a los 3 millones de habitantes del territorio atlanticense, además es urgente la presencia de pastores que lleven el mensaje de salvación a un mundo que ha centrado su vida en seguir sus propios instintos, pasiones y caprichos, en construir la vida sin ninguna moral, sin ninguna ética; todos los bautizados estamos llamados a una vida santa, a brindar nuestra existencia a la voluntad de Dios y así, siendo testigos, podamos llevar al mundo la alegre noticia de que hay una forma diversa de vivir, la vida del amor.
NUEVOS PRESBÍTEROS DE LA MANO DEL PDRE
La Arquidiócesis de Barranquilla está de fiesta, se ha enriquecido con el ministerio de ocho nuevos presbíteros, desde 2005 cuando seis jóvenes recibieron el orden del sacerdocio, la comunidad que peregrina en el Atlántico no había sido testigo de la buena noticia de recibir a un número similar de ordenados.
Los nuevos presbíteros fueron llamados para salir de si mismos y entregar su servicio a los demás, ellos han sido elegidos para contribuir a la misión de la Iglesia en el mundo. Desde hoy, son heraldos del Evangelio, instrumentos de salvación, y para nuestra Arquidiócesis, son los pastores que guiarán el Proceso Diocesano de Renovación y Evangelización PDR/E en cada una de las comunidades.
A diferencia de los antiguos sacerdotes, quienes han trabajado arduamente en las comunidades para llevar el plan de evangelización de nuestra Iglesia particular, los ocho nuevos presbíteros han vivido desde su proceso de formación en el seminario, la nueva metodología del PDR/E, esto quiere decir que su visión es mucho más clara en comparación con los demás sacerdotes quienes vivieron el proceso de adoptar la nueva visión del proceso pastoral y para llevarlo a la realidad de cada una de las unidades pastorales.
Todos como cristianos comprometidos con la labor evangelizadora, debemos orar no sólo para que Dios siga llamando a jóvenes para configurarse en el orden del sacerdocio, sino para que nuestros presbíteros, se mantengan fieles a su misión en la Iglesia católica, especialmente en la Arquidiócesis de Barranquilla; no hay duda que hemos sido bendecidos, especialmente en este Año Sacerdotal, ocho jóvenes han sido ordenados al sacerdocio y en octubre, cuatro recibirán el ministerio del diaconado.
Cada día entendemos el significado de ser presbítero, del llamado que Dios hace a quienes Él mismo elige para seguir Su misión salvadora en el mundo.
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