Sembradores de la semilla arquidiocesana
Por Redacción Kairós
Que mejor manera de unirnos como Iglesia arquidiocesana que repitiendo las palabras del salmista: “El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”. Ha estado grande porque se ha valido de misioneros redentoristas para formar comunidades vivas de fe en el municipio de Soledad, alrededor de la evangelización. Dentro de unos meses la comunidad redentorista que ha venido atendiendo algunas parroquias del decanato Virgen María de Regla, entregarán esta obra a la labor pastoral de algunos sacerdotes diocesanos, por eso, Kairós, presenta un poco la historia desde la llegada de esta comunidad.
En 1992, la provincia Redentorista de Bogotá creó un equipo misionero itinerante con sede en la parroquia del Perpetuo Socorro de Barranquilla, con el fin de misionar en esta gran ciudad y en el sector de la Costa Atlántica. Este equipo comenzó a realizar su labor en Barranquilla y sus alrededores hasta llegar al sur de la ciudad, límites con el municipio de Soledad y allí descubrieron, como San Alfonso en Scala, “una multitud poco o casi nada atendida por la escasez de sacerdotes y el desbordamiento de la gran ciudad a la cual llegan y llegan todos los días migrantes del Atlántico y otros lugares de la patria, especialmente de los santanderes, paisas y demás regiones de nuestro país”
El equipo descubrió que ante la urgencia pastoral que tenían delante de sus ojos, era conveniente irse a vivir al lugar de la misión, establecerse allí y atender pastoralmente todo ese sector.
El 12 de mayo de 1996 se dio la bienvenida a la nueva comunidad residente en Virgen María de Regla, en Eucaristía presidida por Monseñor Oscar Aníbal Salazar Gómez, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Barranquilla, en ese entonces la comunidad comenzó desde ese día a ser el Decanato Virgen María de Regla para evangelizar las necesidades espirituales y pastorales del gran territorio que ya se venía atendiendo. La situación económica era muy limitada. Gracias al apoyo de la provincia, de la feligresía del Perpetuo Socorro y de los pocos recursos generados por cada misionero en cada sector, poco a poco se fue realizando la obra.
El fenómeno del desplazamiento y del urbanismo desde sus inicios hizo que los habitantes se hicieran devotos de la Virgen María de Regla, se convirtió en una madre progenitora de muchos hijos, nietos y biznietos, devoción que permanece en la actualidad y que cada día crece y crece como el pequeño grano de mostaza que es la semilla más pequeña pero que se ha ido convirtiendo en un gran arbusto que a todos acoge y a todos trata de llegar así sea con un mínimo de alimento.
Con el apoyo del equipo misionero de Bucaramanga, la comunidad local se dio a la tarea de preparar, realizar y continuar la misión itinerante. Cada uno de los sacerdotes se responsabilizó de la preparación y dirección de la misión en sus respectivos sectores.
En 1999 llegó Monseñor Rubén Salazar Gómez como nuevo Arzobispo de Barranquilla, y con él, la novedad de los planes de pastoral que ha ido adoptando la Iglesia colombiana: para nuestra Iglesia Particular se propuso el Proceso Diocesano de Renovación y Evangelización (PDRE). En este mismo año, se entregó lo que era el sector de La Central, cuyo titular era la parroquia Cristo Redentor; al ser erigida parroquia se le dio el nombre de Santa Bárbara.
El Jubileo del año 2000, el templo fue elegido como centro de peregrinación. Mientras tanto, se continuó la dinámica pastoral de PDRE con la conformación de las asambleas comunitarias en cada sector y la formación de los animadores laicos. Con el apoyo del Bienestar familiar se dio comienzo a la atención en el comedor escolar ‘Jubileo 2000’, mejorando la calidad de vida de 400 niños del sector.
La Unidad Pastoral Virgen María de Regla, ha sido muy fecunda y ha dado como fruto varias células pastorales que poco a poco crecen, en sabiduría y en gracia delante de Dios y de los hombres. La parroquia tiene sus propios sectores y además las células que aspiran a convertirse en parroquias.
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