martes, mayo 06, 2008

LOS FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO


Ante la solemnidad de Pentecostés (mayo 11) es pertinente que reflexionemos sobre los frutos del Espíritu Santo y nos animemos a abonar nuestra vida para que, por gracia de Dios, logremos en nosotros abundante cosecha.

Los frutos son el resultado de un proceso en las diferentes expresiones de vida, partiendo de la siembra de la semilla, que al caer en buena tierra, previa preparación, debe dar un nuevo ser o elemento; por ejemplo, una planta o un ser humano, que demanda un cierto cuidado para su crecimiento, florecimiento y, posteriormente, se recogen los frutos.

En el caso de la vida en el Espíritu, acontece desde el sacramento del Bautismo, donde recibimos esa presencia de Dios invisible pero real; y, es allí, que los signos instituidos por Jesús nos hacen partícipes de la naturaleza Divina.

Si los padres y padrinos están conscientes de cuidar el crecimiento en la fe del nuevo miembro de la Iglesia, este podrá fortalecerse, florecer en la vida activa de Dios y por consiguiente dar muchos frutos, evidenciándose en su comportamiento. Estos frutos del Espíritu son: Amor, Alegría, Paz, Paciencia, Amabilidad, Bondad, Fidelidad, Humildad y Dominio Propio.
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Descubre su significado en la edición 183 de Kairós.

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