martes, mayo 06, 2008

PARROQUIAS: AYER Y HOY DE LA FE


EN LA UNIÓN CRECE LA FE

Siempre que hablamos de la historia de cualquier parroquia decimos, y con mucha razón, que fue construida o fundada por un determinado sacerdote; pero nos olvidamos de tantas personas que fueron piedras fundamentales en la motivación de la comunidad, en el inicio de la obra y hasta en su terminación. Para la historia de hoy, empezamos reconociendo la vocación de servicio y el trabajo desinteresado de doña Felicidad de Acosta (q.e.p.d.), distinguida matrona y católica hasta los tuétanos que por el año 1980, haciendo gala de su gran talento como diseñadora y modista, le confeccionaba las albas y demás ornamentos a varios sacerdotes de la ciudad. Alternaba este ministerio organizando y motivando a los pocos habitantes vecinos suyos de Ciudad Jardín que para la época necesitaban con urgencia un lugar de culto para alabar a Dios. Fueron miles los rosarios que en compañía de doña Fela se rezaron casa por casa con esta intención. La comunidad empezó a organizarse y el milagro llegó cuando el padre Víctor Tamayo les anuncia que los constructores Parrish y Compañía le habían donado un buen lote para la construcción de una iglesia en el naciente barrio Los Nogales.

Inmediatamente las alarmas se prendieron y aparece la primera junta pro-templo que la integran: Felicidad de Acosta, Estella Visbal, Graciela de Pulgar, María Luz Heredia, María de Polo, Juanita de Antequera, Rubén Darío Rivera, Gustavo Martínez, Alba Coronel, Ana Gómez y otros que por razón del tiempo se han olvidado, pero que Dios los tiene presentes sin olvidarlos nunca. El 21 de abril de 1982, siendo la 1:00 de la tarde, monseñor Germán Villa Gaviria acompañado de su Obispo Auxiliar, monseñor Ugo Puccini Banfi, el padre Víctor Tamayo, el padre Jorge Becerra y otros sacerdotes más, se hacen presentes en el sector y bendicen la primera piedra de lo que más adelante será: Parroquia Corazón Inmaculado de María. Doña Felicidad saltaba de alegría y todos los vecinos del sector aplaudieron a monseñor Villa Gaviria brindándole un rico pudín, elaborado por una distinguida dama del sector, y una copa de vino generoso, ya que ese día el Arzobispo estaba de cumpleaños. El 24 de noviembre del mismo año se crea oficialmente por decreto la parroquia y se nombra como su primer párroco al padre Pedro Pablo Cortés, quien comenzó la celebración de las misas sobre un muro de piedras que él construyó, a campo abierto y sin protección alguna contra el viento, la lluvia, ni el sol. Era un terreno resbaladizo y con fallas geológicas.
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Finaliza la lectura de este artículo en la edición 183 de Kairós.

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