Retiro espiritual de comunicadores
Dios es un Padre Misericordioso
Por Heberto Amor Beltrán*
El sábado 20 de marzo no pasará desapercibido para un grupo de 34 Comunicadores Sociales y Periodistas que estuvimos presentes en el retiro espiritual organizado por la Arquidiócesis de Barranquilla. Ese día se mezclaron las experiencias, alegrías, éxitos, frustraciones, tristezas y preocupaciones de jóvenes recién egresados de la universidad, con las de veteranos del ejercicio que sentimos la presencia de Dios y el mensaje de la renovación. Aprendimos que el pasaje bíblico del Hijo Pródigo no debe llamarse así, el título adecuado es: “El Padre Misericordioso”. Aunque parezca elemental esa parábola que tantas veces hemos leído en Lucas 15, 11-34, es una lección para quienes piensan que el sentido de la vida está en tener. El padre Edgar Mejía, un sacerdote muy joven, nos enseñó a los viejos periodistas de la ciudad que en cierta forma hemos venido confundiendo el papel de pastores que nos corresponde desde nuestro rincón intelectual. Hasta ese día yo pensaba que el hombre valía por lo que supiera, sigo creyendo que lo que uno aprende en la vida no se lo quita nadie y que es lo único que se lleva. Pero entendí que uno no vale por lo que tiene ni por lo que sabe. El mensaje se complementó al llegar la lectura del texto del evangelio en la Eucaristía, el pasaje de la mujer adúltera que todos ya conocemos. Esas palabras de Jesús cuando dice: “aquel que esté libre de pecado que arroje la primera piedra” y cuenta la Biblia que uno a uno se fueron retirando comenzando por los más viejos.
Mi experiencia de vida ha sido abundante, doy gracias a Dios por lo poco que tengo, por lo poco que sé y ante todo por lo mucho que he entendido que la gente me quiere. Aprendí que un partido del Junior no puede estar por encima del llamado de Dios, sin embargo para el retiro me llevé mi mochila rojiblanca con una Biblia adentro, dispuesto a salir de allí directo para el estadio. Lo que pasó después ya lo saben, desprecie una invitación de Mirian Solano, Milena, Angélica, Soledad y varios más del grupo que se fueron a comer pizza mientras yo arrancaba para el estadio a apoyar al Junior. Mientras ellos seguramente vieron el partido con aire acondicionado en una pizzería, relajados y reconfortados por el retiro espiritual, yo me senté en el cemento de la tribuna occidental alta a ver con frialdad el circo que montó Umaña y al pobre Giovani intentando las gambetas que nunca salieron.
La experiencia vivida fue hermosa, el silencio del lugar de retiro, las historias de quienes compartieron ese momento y ante todo el taller que nos hicieron al final sobre la parábola del Padre Misericordioso no se me van a olvidar. El cuestionario no había que socializarlo, pero yo voy a contarles a todos lo que respondí.
1. ¿Cuál es la idea de Dios que he tenido hasta el día de hoy?
R/ Había tenido la idea de un Dios severo, pero a partir de este momento para mi Dios es bondadoso, amable y justo (JUSTICIA).
2. ¿Me veo reflejado en la parábola del Padre Misericordioso?, ¿De qué manera?
R/ Sí, me perdono y perdono a los demás, pongo la cara y presento disculpas cuando me equivoco, antes tenía la tendencia a juzgar duro a otros y no miraba mis errores (PERDÓN).
3. ¿Qué realidades de mi vida he querido cambiar y no he podido?
R/ He querido siempre imponer mis puntos de vista, he sido soberbio y severo con los demás (CAMBIO Y MANSEDUMBRE).
4. ¿Creo que Dios me puede ayudar a cambiar?
R./ El dijo: “Ayúdate que yo te ayudaré”. (APERTURA Y RENOVACIÓN)
* Periodista. Heberto.amor@gmail.com
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