lunes, junio 30, 2008

MUJERES DE PALABRA


¡Hola mujeres! Cierto día me expresé delante de un amigo diciendo: "¡Soy una mujer de palabra!", él se sonrió y me dijo: "bien", pero dos jóvenes con quienes él estaba se sorprendieron porque ese término "es sólo para hombres", dijo uno, y el otro: "yo no confío ni en lo que traigo puesto", reímos todos. Me tocó hacer la defensa correspondiente y contribuir a la renovación de sus conceptos de honor y confianza, en la dignidad de la mujer en el plano laboral, económico y político, y especialmente en el hogar, donde la eficacia de su palabra contribuye al crecimiento integral de todos los que conviven con ella.

'Ser de palabra' es de todo hombre o mujer, y la Iglesia confía en la palabra de muchas mujeres capaces de llevar la buena nueva a sus hogares, a los lugares de trabajo y estudio. Jesús confió en las mujeres, se apareció primero a ellas al resucitar, las rescató y les dio su valor, prueba de ello es que ellas también estuvieron con Él en el momento de su crucifixión y muerte. Este valor de estar a su lado lo obtuvieron por estar a la escucha del Maestro, saciadas de su palabra de vida eterna y por ser mujeres. Creadas con amor y por amor en su corazón, estaban dispuestas a no callar la verdad y a vivir sus compromisos de discípulas-misioneras. Por eso las invito a escuchar y hacer silencio para no callar la verdad de la fe.

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