lunes, abril 23, 2007

¿POR QUÉ HAY CATÓLICOS QUE DEJAN LA IGLESIA Y SE VAN A LAS SECTAS?

Por CLOTARIO HEMER CERVANTES, Pbro.
Párroco Unidad Pastoral Santísima Trinidad


En esta serie de artículos
venimos analizando la fe
de los hermanos que dejan
la Iglesia Católica para
engrosar las sectas.

En el primer artículo, ¿qué dijimos de esa fe? Que era una fe infantil, que carecía de vigor y consistencia, que no daba razón de sí misma (cfr 1ra. Pedro 3, 13-16); una fe que carecía de la “convicción de las cosas que se esperan, argumento de las que no se ven” (Hb 11, 1) y, ¿por qué razón? Porque es una fe de primera comunión en personas que han llegado ya a la edad adulta, alimentándose de leche y no de manjar sólido, y quien se alimenta de leche no es capaz de entender la doctrina de la justificación, porque es todavía niño (Hb 5, 12-13). Debido a esta clase de fe, ellos, al encuentro con un pastor, recibieron un bombardeo de objeciones contra la Iglesia Católica que los dejó en “cuidados intensivos” y de allí salieron ya sanos y salvados, haciendo parte de los ciento cuarenta y cuatro mil sellados del Apocalipsis (7,4), con una nueva fe, con un lavado cerebral.

En la segunda entrega analizamos a la persona misma como fiel, como creyente. Este análisis fue la respuesta a la pregunta: ¿Cuál suele ser la causa del éxodo, del trasteo de estos hermanos? Vimos varios aspectos.

1. Siendo personas adultas y teniendo de todas maneras una fe elemental, se encontraron frente a los grandes, vitales y trascendentales problemas del ser humano, cuyos planteamientos y cuyas respuestas sólo da la fe: ¿De dónde vengo? ¿Qué viene después de la muerte? ¿Cuál es el sentido de mi vida? El pastor les responde que sólo en la secta encuentran respuestas a esas preguntas y la salvación. En resumen, personas con “las defensas bajas” en su fe, con inquietudes decisivas y “agarradas por el cuello”, que sufren un lavado de cerebro que las vuelve irreconciliables con la Iglesia Católica.

2. Normalmente son personas acuciadas por graves problemas humanos de salud, de vacíos afectivos, de soledad, de incomprensión, económicos, y la secta les ofrece soluciones inmediatas; con sólo invocar a Jesucristo o hacer “una siembra”, la secta da una solución mesiánica.

3. En otras ocasiones el pastor descubre en ellas un “mal espíritu”, que es la causa de las aflicciones y sufrimientos de la persona y tras un exorcismo Satanás sale derrotado.

4. Cuando se enamoran dos jóvenes y uno de ellos es de alguna secta y el otro o la otra es de la Iglesia Católica, “póngale la firma” que el de la secta arrastra al católico.

5. Finalmente, cualquier débil remordimiento que pueda quedar en la conciencia es barrido por la emotividad de la predicación del pastor y de las acogidas en las asambleas. Estos factores se encuentran en mayor o menor grado en todos los converso.

OTRAS CONSTANTES QUE INFLUYEN EN EL CAMBIO DE RELIGIÓN
Trataremos en primer lugar de los medios de comunicación. ¿Cómo pueden influir los medios de comunicación en la decisión de dejar la Iglesia Católica para convertirse a las sectas?

Por lo general, los medios de comunicación presentan a la Iglesia como retrógrada, oscurantista, enemiga del progreso de la humanidad. ¿Por qué? Tomo la respuesta a esta pregunta de un autor que se expresa así: “La cultura oficial contemporánea, hacedora de la moda y la opinión, y abundantemente dotada de medios técnicos de difusión muy perfeccionados, intenta arrinconar a Cristo, oscurecerlo y reducirlo al silencio”. En este caso tendríamos nosotros que referir la cita a la Iglesia Católica. (Francesco Trisoglio, Cristo en los Padres de la Iglesia. Antología de textos. Herder. Prólogo, p. 13)

Ahora sí, vamos al por qué. Porque quieren que la Iglesia Católica diga sí o apruebe: el aborto, la eutanasia, el libertinaje sexual, el matrimonio de homosexuales, el divorcio del matrimonio católico y muchos otros temas por el estilo. En otras palabras, le están pidiendo a la Iglesia que deje de ser la Iglesia que Cristo fundó y que confirmó el Espíritu Santo en Pentecostés y se presente como una “iglesia moderna”, como la que ellos necesitan para sentirse tranquilos de “conciencia” o respaldados en su manera de sentir, pensar y actuar. Es que la Iglesia con su teología, su moral, su espiritualidad y su doctrina social y, en consecuencia, con la batalla que vive dando en defensa de la dignidad de la persona humana, del respeto a la vida, desde su primer instante hasta el último, la defensa de los derechos humanos, de la justicia social, no deja de ser una institución incómoda para los pregoneros de tantas ideologías dominantes y, sobre todo, al denunciar al “capitalismo salvaje”.

Es que la Iglesia Católica es vigía de la humanidad; su voz resuena sin temores ni contemplaciones a todo lo largo y ancho del planeta, (como lo hizo su fundador y le ordenó que lo hiciera ella), cuando se trata de defender los auténticos valores humanos, a los pueblos subdesarrollados, a aquellos cuya voz no alcanza a oírse, y particularmente, cuando se trata de defender los valores del evangelio de Jesucristo. Muchas veces detrás de todo esto se esconden intereses económicos. Pero el fundador de la Iglesia prometió que “las puertas del infierno no prevalecerán contra ella” (Mt 16,18). Algún padre de la Iglesia dijo que la Iglesia Católica será perseguida pero no vencida. Y el concilio Vaticano II afirma que la Iglesia avanza en la historia en medio de las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios.

Pero alguien puede preguntar y ¿en que influye esto para que un católico deje la Iglesia y se vaya a las sectas? El influjo, desde luego, no es directo sino indirecto. En efecto, a fuerza de bombardear a la opinión pública se logra empañar la imagen de la Iglesia en algunos de sus hijos de débil fe y quienes, normalmente, no tienen la perspectiva histórica de la Iglesia como madre y maestra. En efecto, la Iglesia está de lleno en el mundo y puede decir con razón, según el concilio Vaticano II en la Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el Mundo Actual (No.1): “Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. No hay nada verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón”.
La Iglesia está, pues, de cuerpo entero frente al mundo. El mundo conoce fácilmente sus virtudes y sus defectos. Hay una verdadera intercesión Iglesia Mundo. Las sectas, en cambio, hasta el momento, sólo tienen una tangencia. ¿Cuál es la consecuencia de todo esto? Que esta imagen deque perciben los hermanos de quienes estamos hablando la Iglesia a través de los medios es un ingrediente más en la toma de decisión de abandonar la casa materna para ir en busca de otro hogar. En síntesis, los medios de comunicación proyectan al mundo una imagen de la Iglesia que puede hacer sentirse inseguros en ella a estos hermanos y ser un factor que los ayude a la hora de separarse de ella para irse a las sectas.

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