jueves, febrero 25, 2010

Otro año que queda atrás…Un nuevo año para vivir en comunidad


Se aproxima el fin de año litúrgico y, por lo tanto, fin de año Pastoral en la Arquidiócesis de Barranquilla. ¿Qué significa esto para los atlanticenses? Analicemos un poco.

El primer domingo de Adviento (noviembre 29 de 2009) es para los católicos la bienvenida a un nuevo año litúrgico, y para los fieles que peregrinan en el departamento del Atlántico, el inicio de un nuevo año Pastoral, año que para el 2010 correspondería al segundo de la Tercera Fase de la Primera Etapa del Proceso Diocesano de Renovación y Evangelización PDR/E.

Quiere decir que estamos en la época de evaluar y analizar la realidad, establecer estrategias y programar. De esta manera, podremos distinguir claramente el camino a seguir para llegar al ideal de Iglesia propuesto por el Vaticano II: Una Iglesia que viva en comunión, participación y misión.

Cada año nos da la oportunidad de programar y ajustar cosas dentro del proceso de evangelización. El Señor nos da la oportunidad para seguir avanzando hacia Él, pero quiere que lo hagamos de manera organizada, sin lugar a improvisaciones. ¡Claro! Es para Dios y para Él, lo mejor.

Ya hace aproximadamente diez años de trabajo con el PDR/E; sin embargo, es necesario siempre mirar lo que tenemos y hacia dónde queremos llegar para poder planificar y programar. Debemos tener en cuenta que todo lo que hagamos debe ser evangelizador, además, debe atender a nuestra realidad inmediata y que nos conduzca a la gran meta.

Pero, ¿cuál es esa realidad?, ¿qué debemos cambiar? Reflexionemos utilizando el Problema Fundamental de la Arquidiócesis de Barranquilla:
“El pueblo que peregrina en el Departamento del Atlántico aparece ante Colombia y el mundo: alegre, creativo, pacífico y de una marcada religiosidad, fruto de la mezcla histórica de varias razas y culturas. Sin embargo, no ha alcanzado una clara identidad, sino que permanece en actitudes de sumisión, desesperanza, frustración y violencia; tiende a la vida fácil, laxa y su compromiso religioso se queda en manifestaciones superficiales, que le impiden un mayor compromiso personal y comunitario en la construcción de una sociedad justa y fraterna.
La acción pastoral, condicionada por esta realidad y afectada por una mentalidad tradicionalista, no alcanza a evangelizar las culturas para que la fe se exprese en una transformación de las personas y las comunidades que repercuta en un cambio social permanente”

Ahora bien, a dónde queremos llegar. Observemos la meta para el próximo año:
Al finalizar el año 2010 el pueblo de Dios que peregrina en la Arquidiócesis de Barranquilla, en estado de Misión ha crecido en la experiencia de ser familia de Dios, como expresión de comunión eclesial y fortalecimiento de su propia identidad cultural, y lo manifiesta en la perseverante conformación y fortalecimiento de pequeñas comunidades de familia, en la profundización de la experiencia comunitaria y del mensaje evangélico, cuenta con un mayor número de animadores de procesos pastorales comprometidos y con estructuras consolidadas y descentralizadas, contribuyendo así a la búsqueda de la unidad de la sociedad atlanticense.”

¿Qué indica esto? Que todos los atlanticenses estamos llamados a trabajar por cambiar nuestra mentalidad individualista para vivir una experiencia de integración comunitaria. Además, a pasar del poco sentido de identidad a un despertar de nuestros propios valores culturales y espirituales que nos permitan sentirnos más orgullosos de ser atlanticenses. A impulsar la conversión y formación de un mayor número de agentes animados y comprometidos que quieran continuar el proceso evangelizador y a pasar de un sentido centralista de la pastoral a una mentalidad más descentralizada que facilite los procesos de evangelización para llegar a todos.

Obviamente que para que se dé este cambio debemos tener unas cualidades especiales tales como la gratuidad, la responsabilidad, la paciencia y la esperanza; pero de manera particular se necesita el compromiso de todos. Recordemos que el Proceso Diocesano de Renovación y Evangelización es a largo plazo, de ahí que los cambios no sean inmediatos, pero lo que sí resulta inmediato es que todos los atlanticenses nos concienticemos de la necesidad de cambio y empecemos a trabajar por él. Tenemos que hacerlo de manera organizada y procesual, siendo la programación un aspecto de vital importancia para tal efecto.

¡Es hora de programar!
Para ello debemos tener claro de dónde partimos (Problema Fundamental) y a dónde queremos llegar (Meta 2010), y conocer en qué estamos en la Arquidiócesis de Barranquilla: Tercera Fase de la Primera Etapa, a punto de culminar el Primer Año en el que nos hemos sensibilizado en `Ser Familia de Dios´ y en vísperas de iniciar el Segundo año dedicado a sensibilizarnos en el trabajo en comunidad para vivir en comunión.

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