De la mano de la Virgen María para construir el templo de Dios
Por Julio Giraldo*
En la Ciudadela 20 de Julio, sector Ripoll, se encuentra un considerable grupo de familias, quienes conviven en paz y armonía desde hace más de 30 años. Los primeros habitantes, llegaron en ese entonces, a habitar casas bien construidas y que contaban con todos los servicios públicos. Las personas que se encontraban en este lugar, sedientas de Dios, debían caminar hasta la unidad pastoral La Santa Cruz para asistir a las Eucaristías dominicales.
Un buen día se constituyó una junta pro parroquia que gestionó con las diferentes unidades pastorales vecinas para que al menos los domingos un sacerdote celebrará la Santa Misa en el sector Ripoll; las gestiones dieron sus frutos y el padre Milton Pérez comenzó a celebrar las Eucaristías en el parque Los Pitufos, dichas celebraciones luego se extendieron a distintos sectores para una mayor motivación de la feligresía. El entusiasmo crecía, pero no tenían ni siquiera una casa para guardar los ornamentos y sillas, mucho menos un lote en donde poder empezar a construir una capilla que motivara al Señor Arzobispo para declarar parroquia el sector.
La perseverancia y el deseo ferviente de construir una casa para Dios nunca se perdieron, y, contando con un parque como sede para las celebraciones, pero siempre se hacían una pregunta: ¿De quién era un lote que se encontraba al frente del parque? Este lote no se encontraba en muy buenas condiciones, estaba abandonado; el caso es que nadie sabe como ocurrió, pero lo cierto es que la junta se reunió con todos los habitantes del barrio y tomaron la decisión de limpiar el terreno, sacar toda la basura y sin mas preámbulos, con el acompañamiento y ayuda espiritual del padre José Palma se dieron a la tarea de empezar la construcción de un bello templo con la ayuda inicial de Catedratón.
Desde ese entonces, la comunidad trabajó activamente y desde los pocos recursos económicos con los que contaban aportaron su trabajo, talento y oraciones para poder presentar un modelo de parroquia que fue constituida como tal con el nombre de Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, el 20 de diciembre de 2.008 por Monseñor Rubén Salazar Gómez.
La Parroquia Hoy
Hace apenas un año y unos meses está como párroco de la unidad pastoral Nuestra Señora de Guadalupe, el joven sacerdote Ludwig Sánchez Vizcaíno, quien se encuentra muy entusiasmado con su parroquia, ya que por la gracia de Dios y el trabajo de los primeros sacerdotes que acompañaron esta naciente comunidad, ha podido cimentar con gran fuerza la vida espiritual y parroquial de aproximadamente seis mil habitantes que tiene el sector. La feligresía con frecuencia acude a la celebración de los sacramentos, responden con amor a las iniciativas del párroco y trabajan sincronizadamente en el plan de nueva evangelización que adelanta la Arquidiócesis de Barranquilla.
El cambio que ha tenido el sector Ripoll, gracias al trabajo pastoral se palpa en la organización y ambiente tranquilo en el cual viven. La casa cural es moderna y acogedora, la construyeron con ayuda de Catedratón.
El año pasado en el mes de diciembre, para el tiempo en que la comunidad celebraba la fiesta patronal, estrenaron el techo de la parroquia y recibieron una imagen Nuestra Señora de Guadalupe, elaborada en fibra de vidrio y traída de México.
Para finalizar, podemos decir que es entonces una mas de las nuevas parroquias de la Arquidiócesis de Barranquilla, la cual es fruto del esfuerzo de los habitantes del sector Ripoll de Soledad y las ayudas de Catedratón.
En la Ciudadela 20 de Julio, sector Ripoll, se encuentra un considerable grupo de familias, quienes conviven en paz y armonía desde hace más de 30 años. Los primeros habitantes, llegaron en ese entonces, a habitar casas bien construidas y que contaban con todos los servicios públicos. Las personas que se encontraban en este lugar, sedientas de Dios, debían caminar hasta la unidad pastoral La Santa Cruz para asistir a las Eucaristías dominicales.
Un buen día se constituyó una junta pro parroquia que gestionó con las diferentes unidades pastorales vecinas para que al menos los domingos un sacerdote celebrará la Santa Misa en el sector Ripoll; las gestiones dieron sus frutos y el padre Milton Pérez comenzó a celebrar las Eucaristías en el parque Los Pitufos, dichas celebraciones luego se extendieron a distintos sectores para una mayor motivación de la feligresía. El entusiasmo crecía, pero no tenían ni siquiera una casa para guardar los ornamentos y sillas, mucho menos un lote en donde poder empezar a construir una capilla que motivara al Señor Arzobispo para declarar parroquia el sector.
La perseverancia y el deseo ferviente de construir una casa para Dios nunca se perdieron, y, contando con un parque como sede para las celebraciones, pero siempre se hacían una pregunta: ¿De quién era un lote que se encontraba al frente del parque? Este lote no se encontraba en muy buenas condiciones, estaba abandonado; el caso es que nadie sabe como ocurrió, pero lo cierto es que la junta se reunió con todos los habitantes del barrio y tomaron la decisión de limpiar el terreno, sacar toda la basura y sin mas preámbulos, con el acompañamiento y ayuda espiritual del padre José Palma se dieron a la tarea de empezar la construcción de un bello templo con la ayuda inicial de Catedratón.
Desde ese entonces, la comunidad trabajó activamente y desde los pocos recursos económicos con los que contaban aportaron su trabajo, talento y oraciones para poder presentar un modelo de parroquia que fue constituida como tal con el nombre de Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, el 20 de diciembre de 2.008 por Monseñor Rubén Salazar Gómez.
La Parroquia Hoy
Hace apenas un año y unos meses está como párroco de la unidad pastoral Nuestra Señora de Guadalupe, el joven sacerdote Ludwig Sánchez Vizcaíno, quien se encuentra muy entusiasmado con su parroquia, ya que por la gracia de Dios y el trabajo de los primeros sacerdotes que acompañaron esta naciente comunidad, ha podido cimentar con gran fuerza la vida espiritual y parroquial de aproximadamente seis mil habitantes que tiene el sector. La feligresía con frecuencia acude a la celebración de los sacramentos, responden con amor a las iniciativas del párroco y trabajan sincronizadamente en el plan de nueva evangelización que adelanta la Arquidiócesis de Barranquilla.
El cambio que ha tenido el sector Ripoll, gracias al trabajo pastoral se palpa en la organización y ambiente tranquilo en el cual viven. La casa cural es moderna y acogedora, la construyeron con ayuda de Catedratón.
El año pasado en el mes de diciembre, para el tiempo en que la comunidad celebraba la fiesta patronal, estrenaron el techo de la parroquia y recibieron una imagen Nuestra Señora de Guadalupe, elaborada en fibra de vidrio y traída de México.
Para finalizar, podemos decir que es entonces una mas de las nuevas parroquias de la Arquidiócesis de Barranquilla, la cual es fruto del esfuerzo de los habitantes del sector Ripoll de Soledad y las ayudas de Catedratón.
*Periodista - Historiador
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