martes, junio 05, 2007

CUIDEMOS LO PÚBLICO

Por VILMA ARRIETA
Miembro de la Comisión de Pastoral de Multitudes


En el documento de Puebla, número 492, que hace referencia al hombre y los bienes de la tierra, dice: “Los bienes y riquezas del mundo, por su origen y naturaleza, según voluntad del Creador, son para servir efectivamente a la utilidad y provecho de todos y cada uno de los hombres y los pueblos. De ahí que a todos y a cada uno les compete un derecho primario y fundamental, absolutamente inviolable, de usar solidariamente esos bienes, en la medida de lo necesario, para una realización digna de la persona humana. Todos los demás derechos, también el de propiedad y libre comercio, le están subordinados.”

Por eso, cuando hablamos de ecología, de protección del medio ambiente, de cuidar los bienes públicos, no estamos haciendo otra cosa que recordando la misión que Dios nos dio de colaborar con su obra creadora.

También dice Puebla, en el número 327, que “El amor de Dios que nos dignifica radicalmente, se vuelve, por necesidad, comunión de amor con los demás hombres y con la naturaleza proyectada sobre el plano muy concreto de las realidades temporales; de modo que el dominio, uso y transformación de los bienes de la tierra, de la cultura, de la ciencia y de la técnica, se realicen en un justo y fraternal señorío del hombre sobre el mundo, teniendo en cuenta el respeto por la ecología y el medio ambiente.” Luego, en el número 496 dice: “Hay que tomar conciencia de los efectos devastadores de una industrialización que va tomando proporciones alarmantes.” Y ya en el número 139 decía: “Si no cambian las tendencias actuales, se seguirá deteriorando la relación del hombre con la naturaleza por la explotación irracional de sus recursos y la contaminación ambiental, con el aumento de graves daños al hombre y al equilibrio ecológico.”

Partiendo de estos principios de la Doctrina Social de la Iglesia, podemos ver con claridad la distorsión tan grande que hay en la mente de muchos de nuestros conciudadanos cuando creen que LO PUBLICO se refiere a bienes que NO SON DE NADIE y, por consiguiente, no los cuidamos, tiramos la basura a la calle, descuidamos los espacios verdes, destruimos los teléfonos públicos, contaminamos los ríos y el aire que respiramos, etc.

Todos necesitamos tomar conciencia de la necesidad que tenemos de cuidar lo público, porque es parte de nuestro entorno vital. No es posible imaginar una ciudad sin parques ni avenidas, pero tampoco debemos olvidar que es deber de todos proteger el medio ambiente haciendo buen uso de los bienes y servicios públicos no malgastando el agua, no arrojando desperdicios o basura a la calle o a los arroyos, cuidando nuestros jardines, nuestras terrazas, nuestros parques y demás bienes puestos a nuestro servicio. Necesitamos concientizarnos acerca de la importancia de nuestro aporte al desarrollo urbano para construir una mejor sociedad, contribuyendo responsablemente a la conservación de los bienes públicos.

Los desafíos ambientales exigen cada vez más entender el valor de la corresponsabilidad en la que todos debemos sentirnos responsables de todo, para así entender que la defensa de nuestros recursos naturales es una tarea que nos compete a todos.

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