viernes, junio 29, 2007

¿POR QUÉ LAS SECTAS EJERCEN ATRACCIÓN EN LOS CATÓLICOS?

PROSELITISMO, BIBLIA Y FRATERNIDAD

Por CLOTARIO HEMER CERVANTES, Pbro.
Párroco Unidad Pastoral Santísima Trinidad
clhemcer@metrotel.net.co

Hasta este momento hemos analizado el fenómeno desde dentro, como si las causas fueran unilaterales, es decir, como si todo se debiera a factores que sólo se originan en el seno mismo de la Iglesia Católica. Hemos tomado en consideración los siguientes factores:

1. La fe débil, carente de suficiente esclarecimiento y catequesis.
2. La condición de menores de edad de los católicos en nuestra Iglesia.
3. El agobio de problemas económicos, laborales, sentimentales, sicológicos llevan a tantos católicos a buscar soluciones mágicas en un Dios “bombero”.
4. La sencillez y emotividad del culto de las sectas frente a la sobria y rica simbología de la liturgia católica, que al no saborearla por no entenderla, les resulta monótona y aburrida.
5. Las promesas mesiánicas inmediatas en la solución inmediata de los problemas de la vida.
6. La imposibilidad de los sacerdotes de conocer y atender personalmente a cada familia.
7. La imagen de retrógrada que muchos medios de comunicación proyectan de la Iglesia porque no se pliega a su filosofía y a su moral.

Todo esto para responder a la pregunta ¿Por qué hay católicos que dejan la Iglesia y se van a las otras confesiones y sectas? La pregunta que formulamos ahora es la siguiente: ¿Qué seducción tienen las otras confesiones y las sectas para atraer y atrapar a tantos católicos?
¿Por qué las sectas ejercen atracción en los católicos? Ahora vamos a mirar el fenómeno desde la otra frontera.

En los artículos anteriores se ha hecho referencia tangencial a algunos factores de allá, de la otra parte. Ahora lo queremos hacer de manera más directa. Una razón de mucho peso es el celo indeclinable de los pastores y fieles de las otras confesiones, pero muy especialmente de las sectas. Toda la vida cristiana de ellos está marcada por el proselitismo. A ellos se les puede aplicar el dicho de que “no dan puntada sin dedal”. Toda la vida de relación de ellos es ocasión de lanzar la red, de hacer proselitismo. El proselitismo es un elemento sin el cual no se puede pertenecer a estas confesiones religiosas. Por lo demás esto es explicable. Del proselitismo depende el crecimiento de las sectas, incluso su supervivencia. El proselitismo es cuestión de vida o muerte. Porque tomadas individualmente no cuentan con suficientes familias que les suministren miembros, familias con nacimientos suficientes para mantener la religión viva. La rata de crecimiento poblacional de las familias solamente no bastaría para sostener la existencia de la confesión religiosa. A esto se suma la competencia de las otras sectas. El católico, en cambio, no se siente impulsado ni obligado a atraer a otros a la fe. El católico no evangeliza. El católico “consume” sacramentos, pero no “produce” acciones evangelizadoras. La salvación de los demás no lo urge en la conciencia.

La V conferencia de los obispos de América Latina, reunidos recientemente en la ciudad de Aparecida, en Brasil, ha definido la vida cristiana en las siguientes instancias:

1. Todos los católicos somos llamados al seguimiento de Jesús. Somos sus seguidores.
2. Los seguidores somos discípulos de Jesús.
3. Los seguidores y discípulos de Jesús somos misioneros.
4- ¡Que nadie se quede con los brazos cruzados! Ser misionero es ser anunciador de Jesucristo con creatividad y audacia en todos los lugares donde el Evangelio no ha sido suficientemente anunciado o acogido, especialmente en los ambientes difíciles y olvidados y más allá de nuestras fronteras. ¿Cómo se logra esta tarea? Los obispos urgen la promoción de “un laicado maduro, corresponsable en la misión de anunciar y hacer visible el reino de Dios”.

No cabe otra alternativa. La misión de anunciar el evangelio a todos los hombres no es tarea exclusiva de obispos y sacerdotes. Es tarea de toda la Iglesia, que es el pueblo de Dios, formado por clérigos y laicos. Es una responsabilidad compartida. La promoción de un laicado maduro es un proceso largo y difícil. Se trata de vencer una inercia que viene de lejos y vencer la resistencia al compromiso que es habitual en los fieles católicos. Se trata de crear la conciencia de seguidores, discípulos y misioneros de Jesucristo en la Iglesia católica y de impartir la formación necesaria para tan noble y urgente tarea. (Cfr edición 162 de Kairós. Del 10 al 22 de junio de 2007)

Otro atractivo de las sectas para los católicos que se van es la predicación de los pastores, por dos razones:

1. Dicha predicación es fundamentalmente bíblica (Biblia en mano) desde el inicio, en el desarrollo y en la conclusión del sermón.
2. Al mismo tiempo toca la vida en su cotidianidad. Más de un católico, sólido en su fe, arraigado en las convicciones católicas, me han confesado que por tener familiares cercanos como pastores han tenido que asistir a algún culto protestante o a un funeral y me han dado ese testimonio. No es raro oír a algunos fieles católicos quejarse de nuestra predicación. Sin embargo, yo he oído en muchas ocasiones la predicación de muchos sacerdotes, especialmente jóvenes, y pienso que no tienen nada que envidiar a la de los pastores protestantes.

El Concilio Vaticano II afirma que “La Iglesia ha considerado siempre como suprema norma de su fe la Escritura unida a la Tradición. Por tanto, toda la predicación de la Iglesia, como toda la religión cristiana, se ha de alimentar y regir con la Sagrada Escritura” (DV 21) y en el No. 25 añade: “Por eso todos los clérigos, especialmente los sacerdotes, diáconos y catequistas dedicados por oficio al ministerio de la Palabra, han de leer y estudiar asiduamente la Escritura para no volverse predicadores vacíos de la Palabra, que no la escuchan por dentro; y han de comunicar a sus fieles, sobre todo en los actos litúrgicos, la riqueza de la Palabra de Dios.”

Un último factor de atracción de las sectas protestantes para los católicos que se van, es la clase de relaciones que mantienen los fieles de las sectas. Son relaciones muy cordiales, fraternales, son verdaderas familias por la fe. Por eso, sin duda, el sentido de pertenencia de los recién llegados es intenso, invade todas las esferas de la existencia. Afortunadamente ya esto empieza a vivirse intensamente entre los católicos. La insistencia en la “espiritualidad de comunión” está calando en el corazón de los católicos, especialmente en los que trabajan en el Proceso Diocesano de Renovación y Evangelización PDR/E.

Hemos analizado en esta ocasión tres aspectos propios de las confesiones protestantes y las sectas, que parecen ejercer fascinación entre muchos católicos: la obsesión proselitista, el biblismo en la predicación de los pastores y el enfoque de ésta a la quotidianidad de la vida, finalmente las relaciones calurosas y familiares que caracterizan a los grupos, las cuales imprimen identidad a los conversos.

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