La Nueva Evangelización tiene la tarea de suscitar la adhesión personal a Jesucristo y a la Iglesia de tantos hombres y mujeres bautizados que viven sin energía el cristianismo, "han perdido el sentido vivo de la fe o incluso no se reconocen ya como miembros de la Iglesia, llevando una existencia alejada de Cristo y de su Evangelio" (RMi 33).
Por Jairo Enrique Quejada Maturana*
Para hablar sobre la Pastoral de Docentes y la manera como los educadores pueden participar en la misión arquidiocesana, de manera consciente y comprometida, es importante tener presente, las siguientes consideraciones:
En primer lugar, los docentes son parte integrante de la Pastoral Orgánica de la Iglesia y de la Pastoral Educativa en cualquiera de los niveles de la educación en que se encuentren, así mismo, como parte integral de la comunidad eclesial, deben revelarse por el bautismo cada vez más como instrumentos para conducir al encuentro con Jesucristo vivo.
En segundo lugar, a la luz de Aparecida, el seguimiento de Jesucristo para todo educador, implica aprender y practicar las Bienaventuranzas del Reino, el estilo de vida del mismo Jesucristo: Su amor y obediencia filial al Padre, su compasión entrañable ante el dolor humano, su cercanía a los pobres y a los pequeños, su fidelidad a la misión encomendada, su amor servicial hasta el don de la vida. (Aparecida Nº 138). En ese contexto, es necesario que los docentes católicos se renueven y asuman la nueva forma de ser docentes misioneros mediante su vinculación y participación activa en la Pastoral de los Docentes. Así mismo, pueden contribuir al rescate de la identidad católica en los centros educativos. Para esto, deben tener en cuenta, los siguientes aspectos:
· La pastoral educativa debe ser participativa, dinámica y centrada en un proyecto de ser humano en el que Jesucristo es capaz de vivir en comunidad.
· La formación integral fascine por la Persona de Jesús.
· La excelencia académica, esté enfocada en el proyecto de Dios sobre la ciencia, superando la tentación de un saber incapaz de dar sentido a la vida.
· Impulse a la formación de discípulos y misioneros de Jesucristo, frente al derecho que les corresponde de una educación de calidad.
· Un servicio pastoral comprometido especialmente con los jóvenes, la familia, la catequesis y promoción humana de los más pobres.
· Un abandonar de las estructuras que no favorezcan la transmisión de la fe, esto se logra a través de una actitud de permanente conversión pastoral que despierte la capacidad de someterlo todo al servicio de la instauración del reino de la vida plena y abundante. (Aparecida No. 331-338 No. 365-366).
· La realización de la Pastoral Sacramental y la asignatura de educación religiosa sea de profundidad. Los centros y establecimientos de educación católica tienen su indelegable misión evangelizadora y formadora desde el corazón de la ciencia y el conocimiento. Por su parte, la misión primaria de la Iglesia es anunciar el evangelio de manera que se garantice la relación entre fe y vida para transformar:
Los criterios del juicio.
Los valores determinantes.
Los puntos de interés.
Las líneas del pensamiento.
Las fuentes inspiradoras.
Los modelos de vida de la humanidad que están en contraste con la palabra de Dios y con su designio de salvación.
El proceso educativo verdadero esté destinado, no a que los jóvenes sepan infinidades de datos, sino a que sean personas integras y actúen en bien de todos. En suma, es un crecimiento en humanidad que pasa por un aprender a aprender y a desaprender.
Por alta que sea la preparación científica y pedagógica de los educadores, es mucho lo que se debe crecer y aprender para una Pastoral de los Docentes en todos los establecimientos de educación católica, especialmente, cuando los cristianos consecuentes con la fe que profesan, toman conciencia de la importancia que tiene el testimonio de las comunidades de fe y de la calidad de la acción como muestra de la identidad cristiana frente al pluralismo religioso hacia el que parece conducirnos la nueva sociedad; cuando esto no se da personal y comunitariamente, aparece el sincretismo religioso y el aumento de las sectas. Finalmente, la falta de formación básica de algunos católicos y el desinterés por la educación religiosa de las generaciones más jóvenes, está fomentando la ignorancia, la indiferencia y la falta de coherencia en la vida cristiana. Ello ha puesto en evidencia, la existencia de serios problemas en la transmisión de la fe a los jóvenes, incluso, en los ambientes más cristianos y en las familias católicas.
Se trata por lo tanto de convertir la ciencia que se entrega en los centros educativos, en sabiduría para enfrentar y aliviar el sufrimiento humano. Por lo tanto, es importante que los educadores evalúen y aprendan la gran pedagogía de Jesús de Nazareth, conozcan los horizontes de la Pastoral de los Docentes propuesta por la Arquidiócesis de Barranquilla y tomen contacto con su delegación.
Los educadores de la Arquidiócesis de Barranquilla, tienen a su disposición varios espacios de participación en la Pastoral de los Docentes, como los comités parroquiales en las unidades pastorales. los comités en los establecimientos de educación públicos o privados católicos y en los comités de docentes por Decanatos y Vicarías.
En primer lugar, los docentes son parte integrante de la Pastoral Orgánica de la Iglesia y de la Pastoral Educativa en cualquiera de los niveles de la educación en que se encuentren, así mismo, como parte integral de la comunidad eclesial, deben revelarse por el bautismo cada vez más como instrumentos para conducir al encuentro con Jesucristo vivo.
En segundo lugar, a la luz de Aparecida, el seguimiento de Jesucristo para todo educador, implica aprender y practicar las Bienaventuranzas del Reino, el estilo de vida del mismo Jesucristo: Su amor y obediencia filial al Padre, su compasión entrañable ante el dolor humano, su cercanía a los pobres y a los pequeños, su fidelidad a la misión encomendada, su amor servicial hasta el don de la vida. (Aparecida Nº 138). En ese contexto, es necesario que los docentes católicos se renueven y asuman la nueva forma de ser docentes misioneros mediante su vinculación y participación activa en la Pastoral de los Docentes. Así mismo, pueden contribuir al rescate de la identidad católica en los centros educativos. Para esto, deben tener en cuenta, los siguientes aspectos:
· La pastoral educativa debe ser participativa, dinámica y centrada en un proyecto de ser humano en el que Jesucristo es capaz de vivir en comunidad.
· La formación integral fascine por la Persona de Jesús.
· La excelencia académica, esté enfocada en el proyecto de Dios sobre la ciencia, superando la tentación de un saber incapaz de dar sentido a la vida.
· Impulse a la formación de discípulos y misioneros de Jesucristo, frente al derecho que les corresponde de una educación de calidad.
· Un servicio pastoral comprometido especialmente con los jóvenes, la familia, la catequesis y promoción humana de los más pobres.
· Un abandonar de las estructuras que no favorezcan la transmisión de la fe, esto se logra a través de una actitud de permanente conversión pastoral que despierte la capacidad de someterlo todo al servicio de la instauración del reino de la vida plena y abundante. (Aparecida No. 331-338 No. 365-366).
· La realización de la Pastoral Sacramental y la asignatura de educación religiosa sea de profundidad. Los centros y establecimientos de educación católica tienen su indelegable misión evangelizadora y formadora desde el corazón de la ciencia y el conocimiento. Por su parte, la misión primaria de la Iglesia es anunciar el evangelio de manera que se garantice la relación entre fe y vida para transformar:
Los criterios del juicio.
Los valores determinantes.
Los puntos de interés.
Las líneas del pensamiento.
Las fuentes inspiradoras.
Los modelos de vida de la humanidad que están en contraste con la palabra de Dios y con su designio de salvación.
El proceso educativo verdadero esté destinado, no a que los jóvenes sepan infinidades de datos, sino a que sean personas integras y actúen en bien de todos. En suma, es un crecimiento en humanidad que pasa por un aprender a aprender y a desaprender.
Por alta que sea la preparación científica y pedagógica de los educadores, es mucho lo que se debe crecer y aprender para una Pastoral de los Docentes en todos los establecimientos de educación católica, especialmente, cuando los cristianos consecuentes con la fe que profesan, toman conciencia de la importancia que tiene el testimonio de las comunidades de fe y de la calidad de la acción como muestra de la identidad cristiana frente al pluralismo religioso hacia el que parece conducirnos la nueva sociedad; cuando esto no se da personal y comunitariamente, aparece el sincretismo religioso y el aumento de las sectas. Finalmente, la falta de formación básica de algunos católicos y el desinterés por la educación religiosa de las generaciones más jóvenes, está fomentando la ignorancia, la indiferencia y la falta de coherencia en la vida cristiana. Ello ha puesto en evidencia, la existencia de serios problemas en la transmisión de la fe a los jóvenes, incluso, en los ambientes más cristianos y en las familias católicas.
Se trata por lo tanto de convertir la ciencia que se entrega en los centros educativos, en sabiduría para enfrentar y aliviar el sufrimiento humano. Por lo tanto, es importante que los educadores evalúen y aprendan la gran pedagogía de Jesús de Nazareth, conozcan los horizontes de la Pastoral de los Docentes propuesta por la Arquidiócesis de Barranquilla y tomen contacto con su delegación.
Los educadores de la Arquidiócesis de Barranquilla, tienen a su disposición varios espacios de participación en la Pastoral de los Docentes, como los comités parroquiales en las unidades pastorales. los comités en los establecimientos de educación públicos o privados católicos y en los comités de docentes por Decanatos y Vicarías.
* Delegado Arquidiocesano de la Pastoral de los Docentes
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