viernes, febrero 20, 2009

Vivamos, como hermanos, nuestras fiestas de Carnaval

Desde la Arquidiócesis de Barranquilla invitamos a nuestros hermanos, durante este mes de febrero, a vivir el lema “¡Comparte tu Cultura!” donde, por medio de nuestro buen comportamiento y, desde el rescate de nuestras tradiciones, evidenciemos nuestro interés de seguir avanzando con fe por el camino hacia la Comunión.

Durante el Carnaval de Barranquilla todos debemos recordar la importancia de mantener, como miembros de la gran Familia de Dios, un ambiente de fraternidad, autocontrol y respeto por los demás.

Además del ambiente de alegría y orgullo que en época de Carnaval se respira en nuestro pueblo, también es necesario contemplar la necesidad de implementar medidas de seguridad que permitan el sano y seguro deleite de las festividades.

Varias son las instituciones de nuestra ciudad y de nuestro departamento que, desde su interés por construir una mejor sociedad, han emprendido acciones para fortalecer los espacios de convivencia que se viven en el Carnaval de Barranquilla y trabajarán en actividades para reforzar el comportamiento ciudadano de todos los barranquilleros y atlanticenses.

Un ejemplo de campaña que propende por el buen comportamiento durante la época de Carnaval, busca bajo el lema YO VIVO EL CARNAVAL COMO ES, acudir a la lúdica y a la pedagogía como las mejores herramientas para socializar las recomendaciones que garanticen la movilidad y seguridad durante las fiestas, sensibilizando de esa manera a los barranquilleros y a nuestros visitantes durante los días de Carnaval.

La invitación de estas campañas busca que los que habitamos esta porción del pueblo de Dios, asumamos el compromiso de cumplir las normas de tránsito, evitar disputas y peleas, mantener nuestra ciudad limpia, evitar el porte de armas y respetar a los hacedores del carnaval.

Este esfuerzo, unido a las intensiones de todos, busca promover cultura ciudadana, sentido de pertenencia y amor por la ciudad en una época en la que nuestro pueblo se convierte en el centro de atención del país y el mundo, lo que significa que vivamos un carnaval en paz, reconociendo que a través de las diversas festividades carnestolendicas exhibimos al mundo nuestras tradiciones y la identidad atlanticense, por lo tanto no sólo compartamos nuestra alegría y entusiasmo que nos caracteriza como costeños, sino que vivamos el carnaval desde nuestros valores y principios católicos, demostrando que con Dios en nuestro corazón podemos vivir el Carnaval sanamente, evitando excesos y compartiendo con nuestros hermanos.

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