Por Fulbio de Jesús Labastidas Charris*
Juventud, Divino tesoro; así reza esa hermosa frase, que los que ya no somos tan jóvenes de acuerdo a las edades oficiales para catalogar la juventud según la ley, escuchamos muchas veces en nuestra infancia y con la cual nuestros padres, profesores y adultos cercanos, nos presagiaban entusiasmadamente esa juventud que se acercaba y de la cual estábamos prontos a disfrutar.
Que diferencia entre ese momento y el momento actual, en el cual, la juventud se ha convertido en una etapa de confusión y sin sentido para muchos jóvenes; época en la que no se escucha la voz interior, que es el mejor compañero para el camino de la juventud, precisamente, por el ruido y el escándalo exterior que nos rodea; un ruido tan aberrante, que no permite encontrarnos con nosotros mismos, ni reconocer en el otro no sólo un compañero de camino, sino una persona como yo, con los mismos conflictos y con las mismas alegrías, que necesita de mi comprensión, acogida y afecto para continuar el camino y lograr realizar un proyecto de vida que ni siquiera sabemos trazar objetivamente. Es importante entonces, descubrir en este momento tan decisivo e importante en nuestra vida, la presencia de un amigo de verdad, un referente al que debemos avanzar, pero sobre todo esa fortaleza en quien podemos confiar, ese al que llamamos Jesús y que es “El eternamente Joven”.
Cuantas tristeza y desolación encontramos en muchos jóvenes a lo largo y ancho del mundo y, la causa sin duda, es la falta de confianza en Dios, una ausencia de fe que origina en muchos, el hundimiento en el desasosiego y la desesperanza; cuantas veces, ¿la falta de confianza en el poder y la omnipotencia de Dios, han sido sin duda la causa de nuestros fracasos? El joven de todos los tiempos, debe tener un ideal que alcanzar, para que su vida tenga un valor o una significación, de igual manera, ese mismo joven, debe tener algo en que creer, alguien en quien confiar. Que poco feliz es el joven que no confía en los demás, pero principalmente aquel que no confía en sí mismo; aquí podríamos permitirnos entregar una formulita que resulta perfecta para solucionar este problema; en primer lugar conocer bien a Dios, tener una excelente relación con Él, que indudablemente se fortalece con la oración permanente, la lectura asidua de la Palabra y el contacto directo con los Sacramentos, los cuales son signos sensibles instituidos por el mismo Jesucristo para darnos Su Gracia; a partir de ahí, iniciar un fortalecimiento en nuestra relación con nosotros mismos, aprender a saber quiénes somos, cómo somos, cómo reaccionamos y desde esa realidad propia, aceptarnos, amarnos y confiar en nosotros para poder así iniciar nuestra confianza en los demás.
Pero bueno, según un informe de UNICEF, ¿Sabias que la juventud representa el 18% de la población mundial y que el 85% de todos los jóvenes del mundo viven en los países de desarrollo? ¿Que en total en el mundo hay más de 1.100 millones de jóvenes entre los 15 y 24 años? ¿Sabes que en Colombia para los fines de participación y derechos sociales de los que trata la ley de juventud, se entiende por joven a la persona mayor de 14 y menor de 26 años? pues bien, ese dato es una gran realidad y, queríamos compartirlo contigo a manera de información general y de carácter valioso para ti y, para que te des cuenta, que no estás sólo en este momento que vives y que se llama JUVENTUD.
Las Naciones Unidas iniciaron en el año 1995, un programa de acción en pro de la juventud, considerando que los jóvenes pueden ser solución, no sólo a sus propios problemas, sino también a otros importantes desafíos a los que se enfrenta el mundo hoy en día. Lo cual nos permite entender aquellas frases vehementes con que Juan pablo II muchas veces exhortaba a la juventud de esta parte del mundo, cuando nos decía sin vacilación: “En ustedes jóvenes, esta la esperanza de la Iglesia”, pero sobre todo esa frase cobra un sentido pleno, cuando se refiere a los jóvenes de América Latina; el continente joven, en el que esta puesto toda la esperanza de la Iglesia universal. Toda una responsabilidad para la juventud de hoy, ¿no lo crees?
Es importante que sepas también, que la juventud tiene dos días de celebración; uno a nivel nacional y el internacionalmente. El 4 de julio, es el Día que conmemoramos en nuestro país, pues este día en el año 1997, se sancionó en Colombia la ley 375, llamada Ley de la Juventud. Por otra parte, el 12 de Agosto es el día en que se celebra el Día Internacional de la Juventud debido a que el 17 de diciembre de 1999, la Asamblea General de la ONU por medio de la resolución 54/120 estableció el 12 de agosto como Día Internacional de la Juventud.
¿Qué sentido tiene celebrar el Día de la Juventud? pues bien, para ello debemos estar en sintonía con el objeto de su origen, es aquí donde debemos tener claro que entre los aspectos que regula la Ley de la Juventud, está la participación juvenil mediante la creación de los consejos municipales y departamentales de la juventud. Hoy, en el país, debe haber aproximadamente unos 55 consejos municipales de juventud. Sin embargo, vale la pena preguntarse: ¿realmente existen estos consejos municipales de jóvenes? ¿los jóvenes los conocen y se motivan para hacer parte de ellos? ¿qué hacen y para qué han servido? ¿Cuántas veces los alcaldes y gobernadores consultan con los consejos sus decisiones? ¿Cuántas veces los medios de comunicación les piden su opinión sobre los temas más trascendentales de la nación?
Es bueno recordarle también a los jóvenes, que el fin de esta Ley es promover la formación integral de la juventud, su vinculación y participación activa en los ámbitos de la vida: económica, política, social y el ejercicio pleno y solidario de la ciudadanía.
Por tal motivo, la Comisión Arquidiocesana de Pastoral Juvenil, invita a todos los jóvenes para que se motiven a ser miembros activos de la sociedad, pero principalmente que confíen en Dios y por supuesto, se goza en el Señor y felicita a todos los jóvenes que hacen parte de la Arquidiócesis de Barranquilla en su día, por su esfuerzo su entrega y su apoyo voluntario en las actividades de buena voluntad.
* Comisión Arquidiocesana Pastoral Juvenil. sagit0771@hotmail.com
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