Unidad Pastoral San Juan María Vianney
Un pequeño lugar con gran amor de Dios
Por Julio Giraldo*
Esta es una de esas parroquias en las que el pasado se encuentra muy cerca del presente; su historia comienza en el Club de Leones de la carrera 38 en donde las religiosas de la Sabiduría trabajaban desde antes del año 1978 en un apostolado admirable, rehabilitando y enseñando a los niños sordo mudos.
Desde sus comienzos estas religiosas han tenido en este centro de formación y caridad cristiana, su vivienda y una pequeña capilla; la gran mayoría de habitantes que vivían muy cerca de este lugar, en ese entonces asistían a las iglesias del Perpetuo Socorro, San Francisco, Sagrada Familia y la Merced, pero existía otro grupo que prefería no caminar tanta distancia hacia las parroquias mencionadas anteriormente y por tal motivo, acompañaban a las religiosas de la Sabiduría en su capilla durante la Santa Misa, las fiestas de Navidad y Semana Santa.
Lo anterior con el tiempo se convirtió en una costumbre muy familiar, y más que una capilla privada de una comunidad religiosa, se convirtió en la parroquia de muchos habitantes del barrio.
Todo marchaba bien, pero por razones especiales, las religiosas de la Sabiduría dejan de ejercer su apostolado en el Club de Leones; está orfandad, puso a pensar al pequeño pero entusiasmado grupo de aproximadamente 40 personas que asistían a Misa en la citada capilla; se convierten en los promotores para la creación de una nueva parroquia, la cual sería ubicada en el barrio El Recreo.
Transcurre el año 1.999 y en ese entonces acababa de llegar para guiar a la Arquidiócesis de Barranquilla, nuestro actual Arzobispo, Monseñor Rubén Salazar Gómez, quien con proyectos innovadores comienza una transformación total de nuestra Arquidiócesis, entre las cuales se destacaban la creación de nuevas unidades y células pastorales. Por tal motivo, el grupo de los 40 feligreses con deseos de tener una parroquia, acuden al padre Claudio Blanco, quien en ese entonces era el párroco de la Catedral Metropolitana María Reina y le proponen la creación de una célula pastoral en el barrio El Recreo, la cual tendría como base a la capillita del Club de Leones. El padre Claudio atendió la petición, consultó con el Arzobispo y de inmediato estableció las Eucaristías dominicales, las cuales celebraban distintos sacerdotes y de igual forma se iniciaron las visitas a los hogares, las asambleas familiares y poco a poco se fue presentando la necesidad para que Monseñor Rubén Salazar Gómez creara la unidad pastoral San Juan María Vianney, según decreto 023 del 18 de septiembre de 2.003.
El primer párroco de esta unidad pastoral fue el padre José Carvajal (q.e.p.d.), sacerdote de gran trayectoria en la Arquidiócesis de Barranquilla, que a pesar de su avanzada edad y quebrantos de salud, inició su trabajo pastoral con la comunidad.
En poco tiempo logró construir la Iglesia espiritual, una feligresía motivada, con sentido de Iglesia, con los cimientos puestos para las exigencias de la Misión y con deseos de seguir adelante.
La feligresía y su guía espiritual, se fueron dando cuenta que la pequeña capilla no era suficiente para el gran número de fieles que asistían a las Eucaristías dominicales y además los propietarios del lugar donde se ubicaba la mencionada capilla solicitaron que se les fuera entregado. Por tal motivo, el padre Carvajal se reúne con la comunidad y se comprometen a través de un préstamos bancario para compran una vivienda, la cual sería adecuada como Iglesia; en efecto en el año 2.004 se adecuó una casa como templo y un apartamento anexo para la casa cural. El padre José Carvajal fue llamado por Dios para participar de Su gloria, el 23 de febrero de 2.008.
La Parroquia Hoy:
Por providencia divina para el mes de febrero del mismo año del fallecimiento del padre Carvajal, llega procedente de Estados Unidos el padre Nondier Zuleta, quien es recibido por el Señor Arzobispo y lo nombra párroco de la unidad pastoral San Juan María Vianney.
El padre Nondier Zuleta es oriundo de Cartago (Valle) pero ordenado en Estados Unidos y con carisma misionero. Al llegar a esta unidad pastoral comienza su ministerio encontrando una comunidad bien estructurada, con mucho calor humano, pero con grandes necesidades; encuentra un proyecto de capilla en obra negra, el cual obviamente hay que mejorar y cuentan con una casa parroquial que necesita algunas reformas. Rápidamente se gana el cariño y aprecio de su nueva comunidad, logra restaurar totalmente la pequeña Iglesia que hoy luce interiormente sobria y decorada con buen gusto, con un agradable espacio para el Santísimo que se encuentra en un lindo sagrario cuyo fondo es una cruz en metal inoxidable. Un grupo de damas con generosidad se preocupan porque este pequeño templo luzca impecable.
En cuanto a la casa cural, también ha sido adecuada y mejorada para vivienda del sacerdote. El padre Zuleta junto con la feligresía trabajan activamente a nivel pastoral y cada grupo se preocupa por recibir una formación doctrinal que le permita ser multiplicadores del mensaje divino.
En la unidad pastoral San Juan María Vianney diariamente se celebra la Eucaristía y el domingo se celebran cuatro, lo cual indica el avance en la evangelización que se ha logrado realizar; éste crecimiento en la fe y amor a Jesucristo, plantea la necesidad urgente de construir un nuevo templo que pueda responder a la necesidad de una unidad parroquial con más de 8.000 habitantes. El Padre Nondier y su comunidad parroquial, ya tienen listas varias propuestas que serán presentadas a nuestro Arzobispo, Monseñor Rubén Salazar, para que con la ayuda de Dios una de estas sea la adecuada y así los habitantes del Barrio El Recreo y otros barrios vecinos, dispuestos a entregarse con alma, vida y mucha generosidad, puedan tener en un futuro inmediato un templo bajo la protección del patrono de los sacerdotes, San Juan María Vianney.
* Historiador – Periodista. julioetica@yahoo.com
Un pequeño lugar con gran amor de Dios
Por Julio Giraldo*
Esta es una de esas parroquias en las que el pasado se encuentra muy cerca del presente; su historia comienza en el Club de Leones de la carrera 38 en donde las religiosas de la Sabiduría trabajaban desde antes del año 1978 en un apostolado admirable, rehabilitando y enseñando a los niños sordo mudos.
Desde sus comienzos estas religiosas han tenido en este centro de formación y caridad cristiana, su vivienda y una pequeña capilla; la gran mayoría de habitantes que vivían muy cerca de este lugar, en ese entonces asistían a las iglesias del Perpetuo Socorro, San Francisco, Sagrada Familia y la Merced, pero existía otro grupo que prefería no caminar tanta distancia hacia las parroquias mencionadas anteriormente y por tal motivo, acompañaban a las religiosas de la Sabiduría en su capilla durante la Santa Misa, las fiestas de Navidad y Semana Santa.
Lo anterior con el tiempo se convirtió en una costumbre muy familiar, y más que una capilla privada de una comunidad religiosa, se convirtió en la parroquia de muchos habitantes del barrio.
Todo marchaba bien, pero por razones especiales, las religiosas de la Sabiduría dejan de ejercer su apostolado en el Club de Leones; está orfandad, puso a pensar al pequeño pero entusiasmado grupo de aproximadamente 40 personas que asistían a Misa en la citada capilla; se convierten en los promotores para la creación de una nueva parroquia, la cual sería ubicada en el barrio El Recreo.
Transcurre el año 1.999 y en ese entonces acababa de llegar para guiar a la Arquidiócesis de Barranquilla, nuestro actual Arzobispo, Monseñor Rubén Salazar Gómez, quien con proyectos innovadores comienza una transformación total de nuestra Arquidiócesis, entre las cuales se destacaban la creación de nuevas unidades y células pastorales. Por tal motivo, el grupo de los 40 feligreses con deseos de tener una parroquia, acuden al padre Claudio Blanco, quien en ese entonces era el párroco de la Catedral Metropolitana María Reina y le proponen la creación de una célula pastoral en el barrio El Recreo, la cual tendría como base a la capillita del Club de Leones. El padre Claudio atendió la petición, consultó con el Arzobispo y de inmediato estableció las Eucaristías dominicales, las cuales celebraban distintos sacerdotes y de igual forma se iniciaron las visitas a los hogares, las asambleas familiares y poco a poco se fue presentando la necesidad para que Monseñor Rubén Salazar Gómez creara la unidad pastoral San Juan María Vianney, según decreto 023 del 18 de septiembre de 2.003.
El primer párroco de esta unidad pastoral fue el padre José Carvajal (q.e.p.d.), sacerdote de gran trayectoria en la Arquidiócesis de Barranquilla, que a pesar de su avanzada edad y quebrantos de salud, inició su trabajo pastoral con la comunidad.
En poco tiempo logró construir la Iglesia espiritual, una feligresía motivada, con sentido de Iglesia, con los cimientos puestos para las exigencias de la Misión y con deseos de seguir adelante.
La feligresía y su guía espiritual, se fueron dando cuenta que la pequeña capilla no era suficiente para el gran número de fieles que asistían a las Eucaristías dominicales y además los propietarios del lugar donde se ubicaba la mencionada capilla solicitaron que se les fuera entregado. Por tal motivo, el padre Carvajal se reúne con la comunidad y se comprometen a través de un préstamos bancario para compran una vivienda, la cual sería adecuada como Iglesia; en efecto en el año 2.004 se adecuó una casa como templo y un apartamento anexo para la casa cural. El padre José Carvajal fue llamado por Dios para participar de Su gloria, el 23 de febrero de 2.008.
La Parroquia Hoy:
Por providencia divina para el mes de febrero del mismo año del fallecimiento del padre Carvajal, llega procedente de Estados Unidos el padre Nondier Zuleta, quien es recibido por el Señor Arzobispo y lo nombra párroco de la unidad pastoral San Juan María Vianney.
El padre Nondier Zuleta es oriundo de Cartago (Valle) pero ordenado en Estados Unidos y con carisma misionero. Al llegar a esta unidad pastoral comienza su ministerio encontrando una comunidad bien estructurada, con mucho calor humano, pero con grandes necesidades; encuentra un proyecto de capilla en obra negra, el cual obviamente hay que mejorar y cuentan con una casa parroquial que necesita algunas reformas. Rápidamente se gana el cariño y aprecio de su nueva comunidad, logra restaurar totalmente la pequeña Iglesia que hoy luce interiormente sobria y decorada con buen gusto, con un agradable espacio para el Santísimo que se encuentra en un lindo sagrario cuyo fondo es una cruz en metal inoxidable. Un grupo de damas con generosidad se preocupan porque este pequeño templo luzca impecable.
En cuanto a la casa cural, también ha sido adecuada y mejorada para vivienda del sacerdote. El padre Zuleta junto con la feligresía trabajan activamente a nivel pastoral y cada grupo se preocupa por recibir una formación doctrinal que le permita ser multiplicadores del mensaje divino.
En la unidad pastoral San Juan María Vianney diariamente se celebra la Eucaristía y el domingo se celebran cuatro, lo cual indica el avance en la evangelización que se ha logrado realizar; éste crecimiento en la fe y amor a Jesucristo, plantea la necesidad urgente de construir un nuevo templo que pueda responder a la necesidad de una unidad parroquial con más de 8.000 habitantes. El Padre Nondier y su comunidad parroquial, ya tienen listas varias propuestas que serán presentadas a nuestro Arzobispo, Monseñor Rubén Salazar, para que con la ayuda de Dios una de estas sea la adecuada y así los habitantes del Barrio El Recreo y otros barrios vecinos, dispuestos a entregarse con alma, vida y mucha generosidad, puedan tener en un futuro inmediato un templo bajo la protección del patrono de los sacerdotes, San Juan María Vianney.
* Historiador – Periodista. julioetica@yahoo.com
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