Unidad Pastoral Santa María del Mar
Cerca al río y al mar hay un fruto de Catedratón
Por Julio Giraldo*
Majestuoso, imponente y desafiante es el río Magdalena en el recorrido que realiza por Colombia desde el páramo de Las Papas en el departamento del Huila hasta llegar a Bocas de Ceniza en Barranquilla. En este lugar, la inmensidad del mar Caribe lo recibe y lo reduce a la más mínima expresión; hasta aquí se llamaba, Río De La Magdalena.
Allí, muy cerca al espectáculo natural del encuentro del Magdalena y el mar, hace muchos años un grupo de colonizadores llegados desde todos los rincones del país, inclusive de otros países, con sus familias y con muchas necesidades, deciden desafiar la naturaleza y con picos, palas y machetes rellenan toda una ciénaga; es un trabajo para titanes, ya que deben cargar en sus desnudos hombros y desde sitios distantes, las piedras y los escombros propios para dar firmeza al terreno, con el fin de construir sus rústicas viviendas. De esta manera nace el popular barrio las Flores, habitado en sus comienzos por obreros y humildes pescadores que cantando: “pescador, lucero y río”, con un escapulario en su pecho y alabando a Dios, salían siempre en las horas de la madrugada, llenos de ilusiones y esperanzas, en sus frágiles canoas, adentrándose en el enfurecido mar provistos de anzuelos y atarrayas para pescar de las turbulentas aguas el apreciado y nutritivo alimento que serviría no solo para ellos, sino también para llenar las despensas de la ciudad y del país.
En este ambiente de pescadores el sector se fue poblando y con el crecimiento llegaron también las preocupaciones, pues no tenían agua potable, electricidad, transporte público y por lo tanto, cada habitante se las arreglaba para poder sobrevivir. Ante aquellas dificultades, surgió también la necesidad de contar con una capilla y un sacerdote que los acompañara; ellos, creyentes de cuna, los domingos tenían que ir a Misa al muelle en donde en un pequeño y destartalado barco, un sacerdote celebraba la Eucaristía y administraba sacramentos.
En el año 1974 se crea la parroquia de San Judas Tadeo en el barrio Siape; el padre Mario Lujan se hace cargo de la comunidad de Las Flores, igualmente otros sacerdotes y grupos como La Legión de María con mucha frecuencia visitaban para evangelizar. Pero, la necesidad de la capilla seguía en pie, lo más preocupante era que no existía un terreno disponible para tal fin. Es entonces, cuando las personas más antiguas de habitar en el barrio, liderados por doña Manuela Moreno, mujer de armas tomar, consiguen que la empresa Cementos del Caribe, les de en donación una pequeña bodega que ya no utilizaban, la cual perfectamente se podía acondicionar como centro de culto Católico; la donación fue hecha y la feligresía comenzó su trabajo de adecuación y dotación.
Como era pequeña, doña Manuela se consiguió un terrenito contiguo y empezó a rellenarlo con piedras que ella y los vecinos cargaban en sus hombros. Al final lograron construir una pequeña casa que servía de capilla y vivienda del sacerdote; así sin muchas comodidades y la feligresía adaptada a las circunstancias, se dan las condiciones para que Monseñor Rubén Salazar Gómez, el 16 de diciembre de 2.005 promulgue el decreto 026, por el cual crea la unidad pastoral Santa María del Mar en el barrio Las Flores y nombra al padre Jáner Pacheco como su primer párroco, quien debe comenzar su trabajo en medio de muchas limitaciones y con una comunidad que aún no es muy consciente de lo que implica ser unidad pastoral constituida jurídicamente por las normas de la Iglesia.
El padre Jáner logra al menos iniciar el proceso, crea parte de las estructuras para la misión y pone en marcha la nueva parroquia, luego vendría el padre William Acosta y Pedro Nel Meza.
La Parroquia Hoy:
Hoy del primitivo barrio Las Flores muy poco queda, las viviendas han sido mejoradas y ya cuentan con los servicios públicos; hay casas que han sido construidas con hermosos estilos y fachadas, las cuales contrastan con algunas en condiciones más humildes.
En cuanto a su parroquia, los habitantes de Las Flores tienen el privilegio de tener la iglesia más moderna de la Arquidiócesis de Barranquilla, gracias al milagro de la Catedratón del año 2007, las empresas Monómeros y Tecnoglas se comprometieron como aporte especial a construir en este barrio una capilla, y antes de dos años la promesa fue una realidad.
El nuevo templo fue bendecido e inaugurado el pasado 26 de abril, día en que también tomó posesión como párroco, el padre Jaime Mercado. Muchos de sus habitantes expresan, incluyendo a doña Manuela Moreno, que para poder la comunidad de Las Flores con sus propios aportes construir una hermosa obra como la iglesia con la que hoy cuenta, les hubiera tocado esperar por lo menos 100 años, lo que indica la felicidad que reina y se siente en este humilde barrio. El agradecimiento que tienen con Catedratón 2007 es inmenso.
Por su parte, el nuevo párroco, padre Jaime Mercado, tiene ahora la dura misión de concientizar a su feligresía sobre la necesidad de cuidar el templo, respetarlo y tener sentido de pertenencia para que esta obra perdure y se mantenga en condiciones optimas, igualmente tendrá la tarea de reunir a la comunidad del barrio Las Flores para consolidar el trabajo pastoral.
* Periodista – Historiador. julioetica@yahoo.com
miércoles, julio 22, 2009
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